Ayer estaba aburrida, otra vez, pero por suerte sí tenía ganas de hacer cosas, así que se me dio por cocinar. Yo cocino bien, cuando se dan las condiciones – o sea, cuando tengo ganas – y esta vez tenía ganas y tenía más ganas de probar alguna receta nueva. Busqueteé por Internet, y encontré algo que se adecuaba a la materia prima que ya tenía en casa –ni ahí iba a salir a comprar ingredientes, hacía demasiado frío; además, ¿y si se me iba la inspiración?
Al final encontré algo que me gustó, y si bien no tenía todos los ingredientes, se podía improvisar con lo que sí tenía (y aunque no lo crean, sí tenía todos los ingredientes que listo en la receta, para variar, mi heladera estaba lleeeeena). Me quedó tan rico que quiero compartirlo, a ver si se inspiran también. :)
Chicken pie
(a la Ana Laura)
Ingredientes:
1 pechuga de pollo sin piel cortada en cubos, 3 papas medianas cortadas en rodajas, 2 cebollas grandes picadas, 4 o 5 dientes de ajo picados, 1 lata de champiñones, ¼ litro de crema de leche (opcional), 1 taza de jamón y 1 taza de queso cremoso cortados en cubos. Sal, orégano y pimienta.
Preparación:
Saltar en un poco de manteca o aceite bien caliente la cebolla y el ajo; una vez empiecen a transparentar, agregar el pollo salpimentado. Cuando el pollo esté dorado, incorporarle las papas cortadas en rodajas, los champiñones cortados en láminas y el líquido de la lata; condimentar con sal, orégano y pimienta y dejar cocinar con la olla destapada. Apenas las papas estén tiernas – pero no cocidas – agregar la crema, el jamón y el queso. Volcar la preparación en una Pirex y cubrir con lo siguiente:
Bizcochuelo:
Batir bien 5 huevos hasta que queden claritos, agregarles 100 grs. de azúcar y seguir batiendo. Luego, incorporar con movimientos envolventes 200 grs. de harina cernida y 1 cta. de polvo de hornear.
Cubrir el guisado de pollo con esta preparación, llevar al horno moderado con calor de abajo hasta que crezca el bizcochuelo y en el último momento ponerlo de arriba así se dora.
(La receta original lleva una tapa de masa para tortas cubriendo el guisado, pero como yo no tenía, me inspiré y preparé el bizcochuelo para hornear encima; si les resulta más fácil, no les gusta el agridulce o están dispuestos a salir a comprar tapas, pueden apegarse a lo tradicional.)
Rico, ¿no? Con la idea de escribir esta entrada, hasta le saqué fotos a los resultados, ¿qué tal?
Lamentablemente, y aunque no lo crean (porque seguro a ustedes, como a mí, se les está haciendo agua la boca), en mi casa no tuvo aceptación. Cuando les serví, las ingratas de mis hijas comenzaron a examinar los contenidos del plato con más esmero que los de CSI una víctima fatal... ¡las vieran manejar los cubiertos como bisturís precisos e implacables, esta vez estilo ‘Hostal’!
“Tiene cositas verdes,” decía la chica y miraba el orégano (es bien sabido que todo lo que es verde y es comida, es tóxico), “¿y esto qué es?” preguntaba la grande, con un pedazo de champiñón en el tenedor y cara de asco (bueno, al menos hongos venenosos sí hay). “¿Una torta para cenar?” “¿Lleva cebolla?” “¿Por qué le pusiste papas a un pastel?” “No me gusta, ¿no hay nada más?”
¡Arrrrgh! Ilusa de mí al pensar que las hijas de mi ex comerían mi Chicken pie.
Al final les hice una sopa instantánea (con cositas verdes flotando, pero si vienen en sobre, no hay problema) y llamé a mis padres para invitarlos a almorzar hoy: ellos sí saben apreciar mi talento culinario.