Odio esos días en que salgo tan apurada de casa que sé que me debo haber olvidado de algo. Simplemente no hay manera de que pueda salir tan rápidamente sin dejar algo atrás.
Me he llegado a fijar si me puse la pollera antes de subirme al auto. ¿Será posible que pueda olvidarme de la ropa algún día? Hasta ahora no me ha pasado, pero nunca se sabe.
El otro día tuve que volver dos veces a casa en la mañana: una a buscar mi almuerzo y otra por unos papeles que debía presentar para la venta de mi casa... suerte tenía la pollera puesta.
Supongo que habrá gente más despistada que yo, pero a veces lo dudo.