Paolo y Francesca, 1864
Anselm Friedrich Feuerbach
Cómo el amor a Lanzarote hiriera,
por deleite, leíamos un día:
soledad sin sospechas la nuestra era.
Palidecimos, y nos suspendía
nuestra lectura, a veces, la mirada;
y un pasaje, por fin nos vencería.
Al leer que la risa deseada
besada fue por el fogoso amante,
éste, de quien jamás seré apartada,
la boca me besó todo anhelante.
Galeoto fue el libro y quien lo hiciera:
no leímos ya más desde ese instante.
Dante Alighieri
"La Divina Comedia"
Canto V
Si las mujeres que leen son peligrosas, bien pueden serlo las lecturas también. Seguro Paolo y Francesca consideran que esto es así... ¿su historia hubiera sido la misma si en vez de haber estado leyendo sobre los amores adúlteros de Lanzarote y Ginebra, hubiera sido el Libro de Ruth? Tal vez no, tal vez los amantes necesitaban un empujoncito y Galeoto se los dio.
Teniendo en cuenta el tipo de cosas que me gusta leer, y escribir, estoy segura que voy por mal camino, igual que ellos. Pero claro, prefiero la eternidad en el segundo círculo junto al Amigo, que solita en el paraíso adorando a la divinidad, nada debe ser más aburrido.