Dicen que las personas de libra no somos equilibradas, aunque el símbolo de nuestro signo zodiacal sea la báscula, sino que estamos siempre ‘buscando’ el equilibrio. Yo lo he constatado en varios aspectos de mi vida – sobre todo cada vez que me subo a una balanza- y estoy segura de que es kármico eso: algo debo haber hecho en alguna vida anterior para que las balanzas me odien tanto. Pero perdón, me voy del tema, volvamos al equilibrio.
Equilibrio. Según el Buscón de la Real Academia, equilibrio es el ‘estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente.’ Suena bien, ¿no? Hasta inteligente. Pero está MAL, no es correcta, es un desastre universal, tan infame como mi inquina con las balanzas. Ahora seguro ustedes se preguntarán cómo me atrevo a desafiar una definición de la RAE. Es simple. Lo hago porque conozco del delicado equilibrio entre el ‘uff’ y el ‘ufa’, y me niego a pensar que son !‘fuerzas encontradas que se compensan destruyéndose mutuamente’!
Cuando era niña me gustaba buscar parónimos, era una costumbre que tenía. Pasé de la papa y el Papa –ejemplo de escuela– hasta polvo y polvo... pero claro, ahí ya era más grandecita. Ahora me siguen gustando, y si uff y ufa no son parónimos, es por muy poquito, ¿no? ¿Total? ¿Qué le hace una letra más o menos?
Uff y Ufa.
Increíble. Sacamos una F, ponemos una A, y cambia completamente la palabra, su significado y la forma en que nos levantamos por la mañana.
Porque la diferencia entre uff y ufa es la sonrisa matinal, ¿vieron? Andar uff es levantarse flojita y contenta. Es la inmensa dicha, la infinita satisfacción, de estar muy bien cogida; es levantarse flotando, con resaca de amor. Aunque el amor no es requisito indispensable. Digamos que con resaca de sexo, que es la mejor, si me preguntan – no te da dolor de cabeza y es buenísima para el hígado. Bah, para el hígado, para la piel, para el pelo, para los dientes, para las uñas, para... ¡todo!
Eso es el uff. Vayamos ahora al ufa. ¿Qué es el ufa? Por oposición, ufa debería ser lo contrario a uff, pero en realidad no funciona de esa manera. El ufa es más universal, y por lo mismo, mucho más light y más frecuente, y lo ameritan los más diversos motivos. Por ejemplo, yo largo un ufa por pavadas como irme por las ramas, pero lo mando también por tragedias como cuando el Amigo – léase proveedor de los más diversos y satisfactorios uffs – me dice que no puede venir a visitarme. Dos problemas tremendamente diferentes y diametralmente importantes.
Obviamente, los ufas aumentan cuando empiezo a sentir el síndrome de abstinencia de uffs, lo que me hace pensar cuán acertados están los hombres cuando te dicen mal atendida solo porque andás de mal humor... ¡Odio darles la razón!
¿Quedó claro el tema de los uffs y ufas? Bien, volvamos al equilibrio o me vuelvo a perder.
Imaginen que ponemos el uff en un plato de la balanza y el ufa en el otro. Sin duda que parte de la definición de la Real Academia se aplicaría: las fuerzas encontradas se encontrarían en la famosa balanza. Del lado izquierdo ponemos el ufa y del lado derecho el uff. El uff siempre es más abierto, más sincero; por eso va a la diestra. Los ufas son más oscuros y fastidiosos, sobre todo si denotan falta de uffs.
Si la vida de una es más o menos normal, lo natural es que esos platillos estén más o menos balanceados. Una muy, muy buena noche contra el ómnibus que se pierde por quedarte dormida, el taco que se rompe por corretear el ómnibus y la media que se corre por sacarse el zapato... Un mañanero largo y perezoso contra el jefe que, vaya a saber por qué, tiene un humor de perros (probablemente por abstinencia de uffs)… y así seguimos.
Se entiende, ¿no? Por cada excelente, inolvidable, desestresante uff, hay un sinnúmero de ufas. Eso mantiene el equilibrio natural de las cosas. Nadie puede vivir en una nube de uffs, sería contraproducente, casi como vivir en una nube de pedos.
Equilibrio. Bendito equilibrio.
Ahora dirán, ¿qué problema hay con la definición de equilibrio? Bueno, en realidad la única parte de la definición que yo cuestiono es la final. ¿Cómo es posible que las fuerzas encontradas se compensen destruyéndose mutuamente? ¿Quiere decir eso que hay un duelo a muerte entre uffs y ufas? ¿Que voy a tener que privarme de los uffs para poder vivir sin ufas? Ahí es donde la definición está mal. Tiene que estar mal. ¡Porque no tengo la más mínima intención de permitir que mis ufas terminen destruyendo a mis uffs!
Equilibrio. Maldito equilibrio. Rompámoslo.
Por eso he decidido convertirme en una Amèlie amateur. El lunes, cuando me reintegre al liceo, le voy a poner demasiada azúcar al té del director, esconderé los sellos y cambiaré los números pre-discados del teléfono de su escritorio –la rotisería por la Inspección de Institutos y Liceos. También le voy a configurar la impresora para papel carta en vez de fanfold, y reemplazar el CD de Bach por uno de Metallica en su equipo de música. Suficiente para provocar un sinfín de ufas… y romper el equilibrio.
Total. Dicen que las personas de libra no somos equilibradas, sino que vivimos buscando el equilibrio. Sinceramente, estoy ansiosa. Ansiosa y no poco expectante. No puedo dejar de imaginar los esfuerzos que va a tener que hacer el Amigo para intentar equilibrar mi balanza después de tanto ufa. ¿Y ustedes?