Me enteré de que existía el Discordianismo por mi amigo Adam hace varios años ya. Él se pronuncia un adepto Discordiano, y seguidor de la diosa Eris (entre otras cosas). Creo que me empecé a interesar por esta difícil deidad recién ahí.
Eris
Como buena lectora de mitología, ya había oído hablar de Eris y la manzana de la discordia, pero realmente no me había interesado demasiado. Es que Eris es una diosa con un mal agente de marketing, sin dudas. ¿Quién no conoce a Afrodita? Está bien, acepto que Afrodita es un caso aparte, pero la gente reconoce nombres como Ares, por ejemplo, y Ares era el hermano de Eris; o a Hermes, el más veloz del Olimpo. Artemisa también es bien recordada, y lo único que le gustaba hacer era cazar y esconderse de los hombres. Hoy en día, si uno menciona a Eris lo más probable es que le digan: “Ah sí, el nuevo planeta.” Realmente, la diosa debería contemplar cambiar de agencia de publicidad.
Sin embargo, Eris tiene algo que estas otras figuras más famosas no: adeptos. Hace unos cincuenta años empezó un movimiento religioso moderno en torno a su figura, el Discordianismo.
Al parecer todo empezó una noche en los ’60, cuando dos jóvenes californianos, conocidos después como Omar Ravenhurst y Malaclypse el Joven tuvieron una revelación en la que el tiempo se detuvo y un chimpancé les mostró un pergamino con un diagrama dibujado – una especie de Yin-Yang con un pentágono de un lado y una manzana con la inscripción ‘Kallisti’ (para la más bella) del otro, que representaba el orden y el desorden complementándose. Esto fue suficiente para moverles el piso, claro, pero para su mayor asombro, unos días después, en un sueño, a los nuevos mesías se les presentó la diosa misma y les hablo:
He venido para deciros que sois libres. Hace muchos años, mi conciencia dejó al hombre para que se desarrollara. Regreso y me encuentro con este desarrollo acercándose a su completitud, pero obstaculizado por el miedo y los malos entendidos.
Habéis construido para vosotros armaduras psíquicas, os habéis fortificado en ellas, vuestra vista está restringida, vuestros movimientos son torpes y dolorosos, vuestra piel está amoratada, y vuestro espíritu quemado por el sol.
Soy caos. Soy la sustancia con la que vuestros artistas y científicos construyen ritmos. Soy el espíritu con el que vuestros hijos y payasos ríen en feliz anarquía. Soy el Caos. Estoy viva, y os digo que sois libres.”(Principia Discordia)
Era evidente que a Malaclypse y Omar no les quedaba más remedio que crear una religión a partir de estos hechos extraordinarios. El Discordianismo gira alrededor de los conceptos del orden y el desorden como partes de una misma cosa: el Caos. El caos no considerado como algo malo, sino el verdadero principio del universo. El caos como el cambio constante necesario para vivir ya que todo lo que se rehúsa a cambiar, muere. El caos como esa flor que nace en una grieta en el cemento del estacionamiento.
Omar Ravenhurst y Malaclypse el Joven escribieron un libro sagrado, el Principia Discordia (el Principio de la Discordia) que se considera la Biblia de los Discordianos.
Malaclypse el Joven
El Principia Discordia contiene un grupo de escritos sin un orden real aparente, incluidas frases y referencias a otros documentos y personajes históricos. Allí se puede encontrar la historia de la Diosa, su dogma, los cinco mandamientos (el Pentavómito), sus rituales, fnord (supuestamente el sonido que hace un árbol al caer en el bosque), el sistema numérico discordiano, e incluso un telegrama de Malaclypse el Joven al dios Jehová Yahweh en el que lo despide debido a su incompetencia, y le pide amablemente que no use su contacto de e-mail como referencia para su próximo trabajo.
Esta religión, como todas ellas, tiene su dogma, aunque es bastante menos complicado que el de muchas otras. Por ejemplo, para convertirse al Discordianismo solo hay que seguir un sencillo ritual, descrito en el Principia Discordia:
Se requiere que el Discordiano salga solo un viernes y disfrute gozosamente de un perrito caliente. Esta ceremonia es una protesta en contra de los paganismos más populares de la actualidad: el de los católicos (no comer carne los viernes), el del Judaísmo (no comer carne de cerdo), el del Hinduismo y Budismo (no comer carne de ningún tipo), y el del Discordianismo (no comer el bollo de pan del perrito caliente).
Asimismo, una vez convertido al discordianismo, cualquier adepto puede y debe, sin pedir permiso a nadie, hacerse sacerdote, Papa, profeta, santo, o cualquier otro título discordiano. De hecho, existen muchos sitios discordianos que pueden proveerte de la documentación necesaria para probarlo. Sin ir más lejos, yo soy Papisa discordiana, ¡con licencia y todo! Tengo que imprimirla, plegarla, plastificarla y ¡voilà! Papisa en el acto (solo espero que no me empiecen a llamar Juana).
También les transcribo el 5º y último mandamiento del Pentavómito: “El Discordiano tiene prohibido creer todo lo que lee, incluyendo los presentes cinco puntos.”
the hand of Eris
El Discordianismo es irreverente, delirante y sorprendentemente lógico, con una filosofía que aun mi cabeza poco filosófica logra entender... Es una religión tomada a broma, o una broma hecha religión, como lo quieran ver. Era obvio que me iba a interesar.
Para terminar recuerden que, según los discordianos, a Eris, la diosa del Caos, la Discordia y la Confusión, nada la divierte más que que hagan planes - así los puede estropear...
"No hay tiranía en un estado de confusión."
Eris