Piensen cuando fue la última vez que recibieron una postal, y no me refiero a una electrónica, sino a las clásicos y coloridas postales de toda la vida. Bastante, ¿no? En mi caso, creo que más de veinte años... con suerte. Pero cuando pensé que el arte de escribir a mano, o al menos el arte de escribir postales, se estaba acabando, descubrí Postcrossing, y me enamoré de la idea.
Postcrossing es una red que te permite enviar y recibir postales a y de todo el mundo. Me parece una forma maravillosa de conectar personas y conocer pedacitos del mundo en sendos rectangulitos de cartón, con cordiales mensajes del otro lado y sellos exóticos. Nada de texting, emailing o redes sociales: cartón, lapiz y letra manuscrita.
El procedimiento es sencillo: luego de crear tu perfil de usuario, el sitio te da la dirección de un total desconocido, elegido al azar, a quien enviarle una postal; cuando esta postal haya llegado a destino ya estás en condiciones de que algún otro total desconocido te envíe una a ti. En general los
601,851 miembros
33,688,999 postales recibidas
470,555 postales en viaje
170,253,337,117 km recorridos
4,248,368 vueltas alrededor del mundo!
envíos son entre extraños, pero tiene la opción de indicar que te gustaría que el intercambio fuera más personal.
Esta iniciativa nació en el 2005 de la mano de Paulo Magalhães, un estudiante portugués que quería recibir más postales en su buzón. Después de diez años, Postcrossing tiene más de medio millón de usuarios registrados, ¡y casi 34 millones de postales enviadas!
Siempre me gustó recibir postales, y recuerdo que cuando era adolescente me carteaba con primos que vivían en el exterior. Todavía tengo muchas de las cartas y tarjetas recibidas en aquel entonces, preservadas entre las hojas de un diario de viaje que solía escribir y que guardo como un tesoro.
Hoy en día esta costumbre se ha perdido; es muy fácil publicar algo en Facebook (por mencionar la red social más popular en estos tiempos); anunciarle al mundo tus sentimientos, mostrar fotos, contar experiencias... ¿Te fuiste de viaje? Genial, publicá tus fotos y recibí decenas de ‘likes’. ¿Se murió tu hamster? Una elegía pública es seguro merecedora de más me gusta que tu viaje (disculpen la falta de respeto, pero es verdad). Aniversarios, nacimientos, logros, reproches, pataleos, todo se entrevera en el cambalache que es Facebook, y todo se vuelve tan... anónimo y multitudinario, que a casi nadie le importa demasiado.
Creo que tomarse el trabajo de elegir y comprar una tarjeta, escribir algo lindo en ella, llevarla al correo y despacharla, todo eso para alguien en especial, solamente una persona, tiene mucho valor. Ni hablar de cuando las tarjetas comiencen a llegar, me hace mucha ilusión eso de que mi buzón se llene de sorpresas. Les prometo que cuando reciba mi primera postal, la voy a compartir con ustedes. J
El tema es que ya me registré y me acaban de dar mi primera dirección: Ana en Rusia. ¡Mi postal va a recorrer 13.312 km! Excelente.
Y ustedes, ¿se animan a participar?