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miércoles, 17 de febrero de 2016

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Resoluciones de Año Nuevo o encarando el Nido Vacío

Generalmente me cuesta un par meses decidirme a cambiar de año. Lograr esa sensación de hojanuevaenellibrodemivida me lleva fácil todo el verano, y suele coincidir con el comienzo de las clases. Recién ahí arranca mi año nuevo y recién ahí puedo empezar a pensar en encarar algún tipo de lista, proyecto o resolución para los meses venideros. A lo mejor es un problema de negación, o el calor que me aletarga, o a lo mejor simplemente es que soy uruguaya y dejo todo para después. La cosa es que recién ahora, a mediados de febrero, me puse a pensar en mi futuro cercano.

Creo que lo más movilizador que va a tener mi nuevo año es que mi hija mayor se muda de casa. Como tantos jóvenes del interior, debe irse a la capital para sus estudios terciarios; y como tantas madres de jóvenes del interior, debo procesar que mi nena se va.


Teniendo en cuenta esto, son dos las cosas que me preocupan en el momento: por un lado, la plata. Tener una hija viviendo en otra ciudad es costoso, y por más que tengo el apoyo económico de los abuelos, no hay dudas de el tema plata este año va a ser un poco difícil. Y por el otro, la distancia. ¡La nena se va!

La plata. Para solucionar este problema tengo varias opciones, lo ideal sería conseguir otro empleo, pero como ya trabajo 52 horas por semana, se me complica un poco, así que se me ocurrieron algunas alternativas:

âPlan B: Podría hacer una Walter White y ponerme a fabricar cristalitos azules. Todavía tengo el texto de Química que le compré a Elisa hace un par de años: tiene como 2000 páginas, por algún lado andará la receta de las metanfetaminas. Después lo único que necesito es conseguir un par de pitbulls, contratar algunos minions con buenos bíceps para que se encarguen del trabajo sucio, y hacer unos libritos tipo Avon para ofrecer mi merca(ncía).

âPlan C: Robar un banco. Para que no digan que no soy una persona eficiente, podría usar los pitbulls y los minions musculosos del Plan B para asustar a los cajeros y lograr que me den el botín. Eso sí, como acá en Piriápolis hay un solo banco, mejor me voy a robar financieras a Punta del Este. Tiene mucho más glamour.

La distancia. ¡Ahh, el famoso síndrome del nido vacío!! Ya me vengo haciendo a la idea desde hace tiempo, pero ahora que llegó, me da un poco de miedito esto de pasar a tener solo la mitad de la familia en casa. Por suerte mi hija menor todavía es chica y faltan años para su partida, así que mi desesperación no va a ser tan grave. Creo.

Acá se me ocurrió que más que una lista de las cosas que podría hacer, tengo que pensar en una lista de las cosas que NO debo hacer:

â NO mudarme a Montevideo. Eso es un gran no-no. Ella necesita su espacio y yo el mío, y Alessa todavía me necesita a su lado.
â NO aconsejarle estudiar carreras raras,como Arqueología o Biología Marina. ¿Que qué tienen de malo esas carreras? Absolutamente nada, pero seguramente no consigue trabajo nunca y en unos años tiene que volver a casita con mamá.
â NO llamarla cada cinco minutos (ídem los sms, whatsapp y/o emails). Para empezar, no hay plan de datos que alcance, y para seguir, sería como vivir a analgésicos en vez de sacarte el diente de una vez. Se fue y hay que asumirlo. Es preferible que disfrute mis llamadas, a que cada vez que vea mi nombre en la pantalla se pregunte qué quiero ahora .
â NO ser morbosa. Esto viene vinculado a la anterior: hay que recordar que las malas noticias viajan mucho más rápido que las buenas; si no me llama, no quiere decir que esté en una cuneta desangrándose (además en Montevideo no hay cunetas).
â NO vaciarle el dormitorio. La idea de armar un precioso escritorio para mí en su cuarto es muy tentadora, pero ya me lo prohibió terminantemente.
â Y por último: NO vivir llorando por los rincones, me puedo resbalar en los charcos.

Bueno, creo que como resoluciones de principio de año (aunque sean a marzo) están bastante bien. No tengo mucha experiencia en el tema, pero dicen que los drug dealers y los bank robbers se llenan de plata, y estoy segura de que podría ser buena en eso de llenarme de plata (ya soy experta en gastarla), así que el primer punto está cubierto.

Por otro lado, si me porto bien y no hago esas cosas espantosas, probablemente sobreviva al síndrome del nido vacío sin apabullar/ahogar a mi hija mayor. No sé si puedo decir lo mismo de la menor, que va a ser la que me aguante durante todo el proceso, ¡pobre Alessa!

Próximamente pensaré en una lista al respecto, lo prometo.

lunes, 1 de febrero de 2016

1

Mono con mono

Según el horóscopo chino, el 2016 es el Año del Mono, y no cualquier mono, sino el Mono de Fuego. El año del mono comenzará el 8 de febrero de 2016 - la segunda luna nueva después del solsticio- y se viene movidito.

Por lo que he estado leyendo, los años del mono suelen ser bastante impredecibles y caóticos; lo cual no es de extrañar, si tenemos en cuenta las características del signo.


Los Monos son provocadores, ingeniosos, atrevidos, inquietos, traviesos y muy curiosos; a diferencia de otros animales del horóscopo chino, los monos afrontan la adversidad con destreza y sin mucho análisis, y son dados a la diversión y las bromas pesadas. No en vano su logo es: “yo entretengo, yo sorprendo.”

Bueno, no hay duda de que los monos -los de verdad- saben cómo divertirse; pero nosotros, los seres humanos, no tanto. A menos que nuestra definición de diversión sea ‘locura extrema’.

Para que se hagan una idea, el último año del Mono de fuego, hace 60 años, fue bastante complicado:

En el año 1956 los soviéticos invaden Hungría, Gran Bretaña y Francia bombardean Egipto para reabrir el Canal de Suez, Israel invade la península del Sinaí, hay un golpe militar en Sumatra, y Fidel Castro y el Ché Guevara desembarcan en Cuba para iniciar la revolución cubana. Marruecos y Túnez logran su independencia de Francia, Sudán se independiza del Reino Unido y Marruecos de España, también se forma una república islámica en Pakistán. Las tensiones raciales en EE.UU. se hacen críticas, aunque el Tribunal Supremo dictamina que la separación de razas en los ómnibus es inconstitucional. Además, los norteamericanos detonan la última bomba atómica en su territorio, pero se lucen lanzando otras 17 más sobre los atolones de coral del Pacífico. Juan Carlos de Borbón (futuro rey de España) mata a su hermano menor, Alfonso, bajo circunstancias extrañas. Marilyn Monroe se casa con Arthur Miller, el Príncipe Rainiero de Mónaco con Grace Kelly, Elvis Presley llega a la fama, Pelé debuta en el fútbol y se celebran los XVI Juegos Olímpicos en la ciudad de Melbourne, Australia. Y acá en Uruguay, el canal 10, Saeta, comienza las primeras transmisiones de televisión del país, para que nos pudiéramos enterar de todo esto, obviamente.

Alguna cosita pasó, ¿verdad?
Años del Mono: 1920, 1932, 1944, 1956, 1968, 1980, 1992, 2004 y 2016.

Pero esto no es nada, porque aparte de las predicciones de fogosa actividad, parece que el año del mono será particularmente desafortunado para, precisamente, ¡los monos!! (y sí, soy mono; y no, no les voy a decir en qué año nací)

La idea es que si un mono paseandero -esa sería yo- atraviesa el territorio de otro mono -ese sería el 2016- el primer monito, indefenso él, deberá mantener el perfil bajo y no hacer olas, para que el Mono reinante (noten la mayúscula) no lo casque y pueda llegar sano y salvo al próximo reino (el 2017). Ya sé, mucha metáfora, pero la cosa es que mono con mono, no es monada.

Yo solo digo esto: a mí que no me jodan; acabo de sobrevivir el 2015, ¡ya estoy cumplida con años complicados!


lunes, 18 de enero de 2016

2

Reencuentros y recuerdos

Hace muy poco, y por medio del Facebook, me volví a encontrar con uno de esos antiguos compañeros de clase que una recuerda siempre, seguramente porque me gustaba mucho –aunque él solo tuviera ojos para la morocha de pelo largo preciosa que se sentaba en la primera fila [#bruja].

Gabriel emigró a Brasil hace años, es fotógrafo profesional, y se especializa en fotos de olas y surfistas. Tiene un ojo increíble

y el pulso perfecto para sacar fotografías del océano, tanto dentro como fuera el él; sabe captar el momento único en que rompe la ola, la tabla parece suspendida sobre la espuma, o el sol se vuelve uno con el agua. No hay dudas de que la fotografía es un arte, y Gabriel un artista.

Hace poco le hice llegar mi honesta admiración en un comentario. Él me recordó a nuestra profesora de dibujo en cuarto año del secundario. Ella había sido una gran influencia en sus opciones, en su artes, sobre todo en las imágenes del mar. Yo, la verdad, me había olvidado completamente de ella; es como si no hubiera existido.

Eso me hizo pensar. Es increíble cómo la gente puede dejar huellas tan profundas en algunos y desaparecer de la memoria de otros.

Ojalá en algún momento, algún alumno me recuerde con tanto cariño como Gabriel la recuerda a ella.


Si quieren conocer más sobre el trabajo de Gabriel:
Facebook: GUEL imagensúmidas
Instagram: GUEL imagensúmidas







domingo, 10 de enero de 2016

7

Adolescente literata

“Mamá, ¿qué es una insuficiencia cardíaca?”
“Es cuando una persona tiene problemas en el corazón.”
“¿Y cuáles son los síntomas?”
“Bueno, depende; a veces puede tener dolor en el pecho, o el corazón puede ir muy rápido, o muy despacio, o a veces el ritmo varía… ¿Para qué querés saber, te pasa algo?”
“No. Es que quiero matar a mi protagonista y pensé en que le diera un ataque al corazón.”

Pasado el microsegundo en el que pensé que mi hija tenía problemas cardíacos, me di cuenta de lo poco que sabía sobre las enfermedades del corazón y le recomendé que buscara en Wikipedia; para así informarse bien y decidir qué tipo de afección quería que sufriera su pobre creación, mientras me preguntaba qué habría hecho para merecer su muerte.

Porque desde hace un par de años, Alessa escribe. Y escribe, y escribe. Lleva varios libros(las comillas no subestiman, es solo que ella le llama libros a historias más o menos cortas) publicados en Wattpad, una aplicación justamente para leer y escribir.

No es raro verla sumergida en su tablet o teléfono en pleno proceso creativo, y de vez en cuando haciéndome alguna pregunta: “¿cómo es que se le dice a eso que hacen para resucitar a la gente?” “¿cómo describirías este vestido, mamá?” “¿qué idioma hablan en Sudáfrica?” “Qué quiere decir CTI?”


Y si no está escribiendo, está leyendo -horas y horas de lectura- o mirando series de TV, o animes en la computadora. Es fanática de Teen Wolf’, ‘Death Note’  y ‘Batman’. Le encantan las novelas llenas de licántropos, sirenas y vampiros adolescentes; shippea a Larry Stylinson (o sea, fantasea con un romance entre Louis y Harry, miembros de One Direction), está enamorada de Dylan O’Brien, y dice que no va a tener novio porque sus compañeros son muy aburridos.

“Yo quiero aventuras, mamá. Un hombre lobo o un vampiro. Que no me vengan con invitaciones al baile o a ir a la rambla; la literatura me ha arruinado,” me dice, mientras los ojos verdes, grandes como los de un insecto nocturno, le chispean en la cara, y me muestra los dientes cubiertos de brackets en una sonrisa bandida que va de oreja a oreja.

Alessa es malhumorada, graciosa y ocurrente, y la inteligencia le burbujea debajo de una muy estudiada -y conveniente- distracción. Como buena Leonina, quiere manejar la casa, y siempre se queda con la última palabra (aunque sea “sí, mamá”). Tiene la risa y el llanto fácil -lo que se hereda, no se roba- ¿y ya dije que era malhumorada? Eso tampoco lo robó, pero me supera ampliamente.

Está en esa edad en que todo es un quemo: no deja que la bese en público (pero cuando estamos solas parece un gatito mimoso) y se avergüenza si me oye gritar (o sea, siempre). Vive en su mundo; se aísla en su cuarto, escucha música demasiado fuerte, y lee hasta que amanece.

Se parece tanto a mí a esa edad que me asombra. Mi dios, ¡cómo quiero a esa niña!

jueves, 23 de abril de 2015

4

10 consejos para un posible pretendiente

Dado que mi situación sentimental nuevamente se define como ‘divorciada y sin compromisos’, y como un servicio público a posibles futuros pretendientes, aquí van diez consejos para que nuestra relación tenga un comienzo exitoso.

El caballero en cuestión debería:

1. querer a mis hijas, pero no intentar ser su papá.
2. pensar que mis gatos y perros son lindos (o fingir convincentemente).
3. no ser maniático con la comida (con un exmarido y un yerno ‘delicados para comer’, estoy cumplida).
4. tolerar mi obsesión por la lectura y las series de televisión.
5. ser paciente con mi haraganería crónica.
6. convidarme voluntaria y alegremente con una papa frita de su plato.
7. ser fiel seguidor de mi blog.
8. alabar mi cocina públicamente.
9. ofrecerse a arreglar los enchufes (que no, que no es un eufemismo).
10. ni ocurrírsele hacer un comentario del tipo: "siempre me imaginé con una mujer más flaca”, u "ojalá conociera a alguien como vos, sólo que más joven".

No es tan difícil, ¿verdad? ¡Nos vamos a llevar muy, pero muy bien!

lunes, 16 de febrero de 2015

3

Un poco de cautela...

Como a media humanidad, me llegan un montón de correos reenviados, o forwards, a diario. Y cuando digo un montón, me refiero a uno muy grande. La mayoría son pura basura y los elimino sin abrirlos siquiera. A veces vienen de amigos o familiares confiables (y con eso me refiero a gente que no mande más de diez forwards al año), así que leo el asunto, y dependiendo del número de “no borrar” “tienes que leer esto” que tengan, los abro o no (mis posibilidades de leerlo son inversamente proporcionales a dicha cantidad), aunque la mayoría de las veces termino borrándolos igual. A veces, – una en un millón – alguno está bueno y merece reenviarse.


Lo mismo pasa con las noticias en el muro de Facebook. Nos bombardean continuamente los artículos impactantes, desde niños de dos años que asesinan a sus madres, a bebés embarazadas, o controvertidos dichos de políticos o celebridades sobre los más diversos temas. La tentación de tener el gatillo – o click  fácil y compartir una noticia en Facebook es grande, pero un poquito de cautela nunca le hizo mal a nadie.

Por eso, si el contenido de un correo o una publicación me impacta o indigna sobremanera, lo mando a la categoría de “porfavorgooglearesto". 

El mejor lugar para hacerlo es Snopes.com, un sitio web dedicado a desenmascarar engaños o rumores en la Red, así como leyendas urbanas, cadenas de mensajes o fraudes. Aunque a veces con tratar de encontrar la noticia/foto/declaración de origen  también alcanza.

El tema es consultar antes de reenviar un mail o compartir una noticia en Facebook, para no quedar como idiotas repitiendo guarangadas.

Siguiendo tan práctica costumbre, les puedo decir que:

« Las barracas no se están abasteciendo de cuerdas y cinta pato previendo la demanda que generará la película “Fifty Shades of Grey”. Habría que averiguar en los Sex Shops.
« El diálogo entre Ricardo Darin y Alejandro Fantino está muuuy recortado y sacado de contexto. Darín sigue siendo un genio, pero Fantino no es tan nabo, miren la entrevista completa acá si quieren.
« Los hackers no están publicando videos porno en los muros de Face de la gente. Se ve que tienen mejores cosas que hacer.
« No es necesario pedir un protector de tiroides cuando se hace una mamografía. Y no lo digo yo, lo dicen varias sociedades de radiología del mundo.
« Los espárragos no curarán el cáncer que causó la mamografía. Son buenos, solo que no tan buenos que puedan curar el cáncer.
« Los criminales no se esconden debajo del auto para cortar el tendón de Aquiles de sus víctimas. No sigan compartiendo esto, a lo mejor les dan ideas.
« No venden Coca Cola sabor ajo en Rumania. Los vampiros, agradecidos.
« No existe el Síndrome o Génesis de Alejandría. No existen humanos perfectos con ojos violetas. Bueno, aparte de Liz Taylor que ya se murió.
« Publicar el mensaje para proteger tu privacidad en Facebook no sirve para nada. El sentido común, sí.
« Paul Walker no está vivo. Una pena, pero es verdad.
« No hay componentes en los autos que emitan gases tóxicos (benceno) al calentarse. Pueden prender el aire acondicionado sin miedo.
« El chocolate NO se va a terminar para el 2020. ¡Gracias a Dios! ¡Sería casi como que se acabara el mundo!

Claro, también hay noticias reales, como la bebé china embarazada (aunque la condición se llama 'fetus in fetu' y no es un embarazo propiamente dicho), el perro cruza salchicha y pitbull que parece salido del Photoshop, o la foto de Cindy Crawford, notoria precisamente por su falta de retoques.

En estos tiempos, al antiguo adagio de “pensar antes de hablar”, habría que complementarlo con “y googlear antes de publicar/compartir/reenviar”, ¡que para eso existe la Internet!

sábado, 7 de febrero de 2015

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14 de Febrero, otra vez

Mi dios, otra vez San Valentín. Todavía falta una semana, pero ya está todo lleno de corazones y querubines, y mi bandeja de spam rebosa de ofertas románticas. Es muy fastidioso.


La verdad es que nunca le vi la gracia a esta celebración: para empezar, es otra de las importadas del norte que en estos últimos años plagan el calendario, y para seguir, es un día bajón para los que estamos solos (si me quieren decir amargada, acompáñenlo con un chocolate amargo, de paso). Y no, tampoco me gustaba cuando estaba felizmente 'emparejada'.

Si bien me encanta la excusa para comer bombones, no sé por qué San Valentín tiene tanta popularidad teniendo en cuenta toooodas las otras cosas que se pueden celebrar el 14 de febrero. Fíjense:


Un 14 de febrero de 1946, dos profesores de la Universidad de Pensilvania presentaron en sociedad a la ENIAC, la primera computadora electrónica, un aparato de 120 metros cuadrados, que pesaba 30 toneladas, y que, aunque parezca increíble, es precursora de mi hermosa laptop. En 1939 fue botado el acorazado de guerra Bismark por los alemanes, y en Chicago, los chicos de Al Capone acribillaron a siete mafiosos que los miraron torcido en la Masacre de San Valentín. También fue la fecha en que Alexander Graham Bell patentó el teléfono y en que hubo que sacrificar a la oveja clonada Dolly, pobrecita.

Yendo más atrás, hace 500 años, en tal romántica fecha, los Reyes Católicos obligaron a los judíos y musulmanes a renegar de su fe o abandonar España, y 200 años antes, en Estrasburgo, Francia, dos mil judíos fueron acusados de provocar la Peste Negra y quemados vivos por ello… como que no es la fecha que eligiría para celebrar la libertad de culto.

Ah, no menos importante, en el ámbito de las artes escénicas, Oscar Wilde estrenó “La importancia de llamarse Ernesto en 1895, “Tarzán de los monos” apareció por primera vez en la pantalla grande en 1918, y nació el cineasta británico Alan Parker en 1944.

Y si vamos a los santos, Valentín no es el único que aparece en el Santoral el 14 de febrero, solo el más famoso (o con mejor merchandising). También es el día de los santos Cirilo, Metodio, Nostriano, Elecaudio, Adolfo, Vidal, Zenón, Ammonio, Cirión, Casiano, Agatón, Moisés, Dionisio, Próculo y Filemón.



Así que el próximo 14 de febrero, ya saben qué decir cuando les pregunten si van a hacer algo para San Valentín:

“¿San Valentín? Ah no, yo este sábado me voy a disfrazar de Al Capone y salir a sacarle fotos a las ovejas con mi teléfono celular mientras grito como Tarzán al son de Pink Floyd y reparto estampitas de San Filemón.”

Ustedes, ¿cómo lo van a celebrar?

lunes, 5 de enero de 2015

4

Una con la naturaleza

Plantar cosas me hace apreciar la naturaleza. En serio. Me hace entender eso del renacer y de la conexión con la Madre Tierra, y lo bien que hace sentirse verde por ecologista y no por envidia.

La verdad es que es genial.

Hasta que mi tilo nuevo se queda sin hojas y las hormigas me comen medio jazmín. Supongo que una ya no es tan ecologista cuando empieza a considerar a los insectos como sus archienemigos. Ni hablar de las arañas (bueno, a esas ya las odiaba de antes), los yuyos, las ortigas y los caracoles. El pis de perro, las siestas de los gatos, y los pájaros tampoco ayudan. O a falta de lluvia. O el exceso de lluvia. O el calor, el solazo y las heladas…

En fin. Yo diría que hay una conspiración para que mis plantas sufran, y sufran mal.

La culpa no es mía, de ninguna manera. Yo soy una con la naturaleza. Que deteste el aire libre no tiene nada que ver.


Mi tilo antes y después. Pobrecito.

martes, 30 de diciembre de 2014

4

Y entonces llegó Gaspar

Yo solía odiar a las personas que visten a sus mascotas. Para mí estaban categorizadas en el mismo escalón que aquellos que escriben manifiestos de despecho en Facebook, o peor aún, los que deslumbran a sus vecinos con flamencos rosado flúo en el jardín.

Y entonces llegó Gaspar.

No soy una dog-person, ustedes lo saben. Es más, me reconozco aulirófila perdida, y si algo tienen los gatos es su renuencia a cualquier tipo de vestimenta, adorno o judeada; como mucho el clásico collar con cascabel. No hay nada más triste que ver un gato vestido. Pobre bicho.

Pero los perros son diferentes. Son seres lameculos, literal y metafóricamente, y se dejan (los gatos nunca ‘se dejan’, como mucho, ‘dejan’). Así que la gente que viste a sus perros se merecería ir al primer círculo del infierno, por desafiar a dios.

Pero claro, entonces llegó Gaspar. Y la navidad. Y Elisa. ¡Y miren en lo que me he convertido! Una dueña de perro guaranga que disfraza a su mascota y le saca fotos… increíble. ¡Al limbo conmigo!



Ya mismo estoy abriendo la página de MercadoLibre. A ver dónde puedo conseguir un par de flamencos rosados para mi jardín.



martes, 22 de julio de 2014

6

Memorias

Cuando los poetas quieren rememorar un amor escriben rimas, llenas de metáforas, hermosas o cursis, que intentan capturar esos recuerdos. O si sufren una gran pérdida, a los músicos se les da por componer piezas que emocionan al punto del llanto; los grandes chefs inventan recetas y logran sabores que despiertan pasiones. Los bailarines usan sus cuerpos y crean energía en lugares que, tal vez, antes sentían sin vida.

Me pregunto qué hago yo para plasmar mis recuerdos, porque demasiado seguido me encuentro tratando de recordar cosas que no debería haber olvidado. ¿Cómo es posible que alguien con tan buena memoria pueda olvidar el escalofrío de su primer beso, o el batir de alas de mariposa dentro de la panza al sentir el germen de sus hijas?


No recuerdo a mi madre leyéndome en la cama, o a mi padre enseñándome a nadar. Se me escapó el nombre del primer compañero que me hizo suspirar (aunque no sus ojos negros) y no creo que reconociera a mis amigas de la infancia si volviera en el tiempo, cual película de Disney.

Sí, claro; que esas cosas pasaron y puedo describir las sensaciones, pero eso es porque lo único que recuerdo es el relato o la descripción, y siempre me sentí a gusto con las palabras. Como un rostro querido que se congela en la expresión de esa fotografía que manoseamos desde su pérdida.

La memoria es selectiva, egoísta y acomodaticia. Es frustrante.

Alguien debería inventar el pensadero de Dumbledore.

lunes, 19 de mayo de 2014

10

Dinos cómo eres...

Hace un tiempo estaba registrándome en un sitio nuevo y cuando llegué a la descripción personal me tranqué. El ítem exigía llenado, tenía el famoso asterisco de los campos obligatorios, y la consigna era: “Dinos cómo eres (320 caracteres máx.)” Generalmente esa parte no es obligatoria en los formularios, o si lo es, te da pautas de tipo: ‘intereses, libros favoritos, películas favoritas, etc.’ No le suelo prestar demasiada atención, pongo lo primero que me viene a la mente, y sigo adelante, pero esa vez no sé qué me pasó, me bloqueé y tuve que abandonar.

Todavía me ronda en la cabeza el tema. “Dinos cómo eres (320 caracteres máx.)” ¿Cómo puedo decirle a alguien cómo soy en 320 caracteres? Es absurdo. Es imposible resumir una persona en ese número ridículamente bajo de caracteres; somos demasiado complejos, contradictorios, absurdos y bellos para tan poca extensión.

Así que me puse a escribir, a ver cuántos caracteres me llevaba describirme... y creo que me salí un poquito de control, sorry. Pero bueno, ya que lo hice; aquí está.

Soy librana, lo cual no quiere decir nada, pero es una excelente excusa para ser indecisa y un poco condescendiente. También soy desordenada, fastidiosa, muy malhumorada y maleducada en ocasiones – perdón, "malaprendida" según mi mamá (ella dice que me educó bien). Tengo manía con los olores: limones y tabaco encabezan la lista; colecciono perfumes cítricos y jabones de limón, y huelo hombres que fuman cada vez que puedo, me encantan... a propósito, ¿mencioné que soy repetitiva? Adoro a mis hijas y a mi familia y a mis amigos. Abandoné el alcohol hace un par de años, aunque a veces me doy una licencia, y si me paso, pierdo el equilibrio pero no la cabeza, ergo, soy una borracha muy aburrida.

Me encantan los hombres y me encanta el sexo, pero me gusta vivir sola; adoro ser independiente, y gastar el dinero que gano solita en lo que se me ocurre sin dar cuentas a nadie, cocinar lo que se me antoja, y no planchar camisas XL ni mirar partidos de fútbol. Me fastidia que me toque, me bese o me abrace la gente que no es de mi circulo más intimo; y cuando estuve embarazada tenía un escudo invisible a mi alrededor, parecía la cinta de ‘no pasar’ que pone la policía alrededor de una escena de crimen: no soportaba que me tocaran la panza, que no era talismán de buena suerte. Me desagradan la playa, el sol y el calor, a pesar de vivir en un balneario. Soy casera; odio viajar, aunque me encanta llegar; me mareo en los ómnibus o los autos, a menos que maneje yo, y amo a mi madre por cederme el asiento delantero cuando viajo en su auto.

Me gusta dibujar, sobre todo caballos para mi hija Alessa, con largas crines y jinetas románticas montándolos; me gusta trabajar la arcilla y sacar fotos a mis hijas. Y me gusta leer. Adoro mi Kindle, y desde que lo compré, leo más que nunca. Los libros de vampiros me apasionan, y si los vampiros son románticos más todavía, sobre todo los de Joss Whedon.. Soy fan de Stephenie Meyer, aunque sus libros sean malos, porque me permitió discutir con Elisa sus vampiros que brillan al sol (¡qué horror!); y ahora me estoy enamorando de Amanda Hocking porque está haciendo lo mismo por Alessa con sus sirenas (esos las tengo que leer aun, así puedo comentarlas con ella). Me encanta ser madre, por más trabajo que dé. También me encanta ser mujer, pero desearía ser varón de vez en cuando, a ver cómo se ve el mundo desde sus ojos, cómo se sienten sus orgasmos o hacer pis parado. Me gustan las masitas de dulce de leche, la tortilla de papas y los chorizos al pan. Me encantan las frutillas y más si vienen con besos. Odio los mariscos y los remedios. Y las balanzas. Y mis cumpleaños, pero no mi torta de frutillas. Soy haragana, cómoda y no me gusta madrugar, pero me encanta mi trabajo y no haría ninguna otra cosa; me llena de satisfacción ver cuando mis alumnos entienden, y logran cosas, aunque a veces tiraría alguno por la ventana.

Como ama de casa dejo bastante que desear. No me gusta limpiar y venero a Gaby, la chica que me ayuda con la tarea; si pudiera le construía un altar y la llamaba Santa Gaby. Pero sí me gusta cocinar, sobre todo postres, y experimentar: adoro mezclar cosas y que salga algo comible y disfrutable; lamento la herencia genética de mi ex, que hace que mis hijas no prueben casi nada de lo que hago... Ahora que estoy a dieta, me saco las ganas de experimentar con recetas de bajas calorías, y mis tartas de verduras son muy elogiadas. No me gusta hacer dieta, pero lamentablemente tengo que hacer, aunque estoy muy contenta con los resultados. Abandoné la jardinería, porque las plantas de mi jardín son especies en extinción: o se las comen las hormigas o me olvido de regarlas, y entre mis defectos no está el de ser asesina, aunque ya se me murió un jazmín, como tres hibiscos y al menos media docena de hortensias. Me fastidian los perros, más ahora que tengo dos - odio las bolsas gigantes de Dog Chow, los pelos por todos lados y la baba en el water; pero soy gatera perdida, aulirófila creo que le llaman, y la cuenta de mininos era de seis la última vez que la me molesté en fijarme.

Soy complicada, cargosa, atropellada y mi imaginación dos por tres vuela; básicamente feliz y agradecida de lo que tengo, aunque no me molestaría ganar el 5 de Oro al menos una vez. Soy llorona, muy llorona, me gusta ver películas tristes sola, así puedo berrear como una Magdalena sin que nadie se ría de mí, o discutir chateando así ni se enteran y no lo usan en mi contra. Me gusta conversar con gente inteligente que desafía mis neuronas, y que mis mentadas neuronas no me dejen a pie si las necesito; me fastidia, me aburre y me impacienta la estupidez, sobre todo cuando está teñida de soberbia. No soy líder, ni me interesa, pero tampoco soy oveja, que de ovejas está lleno el mundo y ensucian mucho. Trato de no hacerle a nadie lo que no me gustaría que me hicieran (menos a las plantas, se ve) y me parece que seguir la ley del Talión de vez en cuando vendría bárbaro. Creo que que todo sea relativo es muy relativo, que decir que ‘solo sé que no sé nada’ es una apología a la ignorancia, que Voltaire tenía razón cuando defendía el derecho a la expresión y que creer que la vida da vueltas es casi como creer en Dios. A propósito: no creo en Dios, soy laica acérrima aunque me casé por la iglesia ¡gran garantía!

Estem... ¿cuántos caracteres van?

Por suerte existen sitios en la red que se dedican a contar caracteres en un texto, porque ni había llegado a los famosos 320 y ya me había cansado... según el contador de caracteres que usé: “el texto introducido contiene 978 palabras y 5313 caracteres.” ¡Mi dios!

Y eso que me dejé muchísimo afuera; por ejemplo no mencioné que me encantan los lectores que se molestan en leer toda esa diatriba desordenada y confusa, y que aún así, deciden seguir visitando mi blog...

domingo, 30 de marzo de 2014

5

Con faldas y a lo loco

Odio esos días en que salgo tan apurada de casa que que me debo haber olvidado de algo. Simplemente no hay manera de que pueda salir tan rápidamente sin dejar algo atrás.

Me he llegado a fijar si me puse la pollera antes de subirme al auto. ¿Será posible que pueda olvidarme de la ropa algún día? Hasta ahora no me ha pasado, pero nunca se sabe.

El otro día tuve que volver dos veces a casa en la mañana: una a buscar mi almuerzo y otra por unos papeles que debía presentar para la venta de mi casa... suerte tenía la pollera puesta.


Supongo que habrá gente más despistada que yo, pero a veces lo dudo.



(Aunque confieso que podré salir sin faldas, pero nunca sin maquillaje :)

domingo, 9 de febrero de 2014

8

Mi vida en números

Numerología, cábala, o la lista de la quiniela... los números son importantes para mucha gente y se adivinan todo tipo de simbologías, vaticinios o mensajes en ellos. Las teorías de conspiración están llenas de cifras y todos le tememos al satánico 666; si nos dicen 3 pensamos en la Trinidad, 7 eran las colinas de Roma y el 48 es el muerto que habla.  El significado  de los números está tan metido en nuestra cultura que ni lo cuestionamos.



Pero sin llegar a esos extremos, creo que todos damos importancia a los números por diferentes motivos: los años que cumplimos, los hijos que tenemos, las cosas que recordamos. Medimos los kilómetros recorridos, los sueños cumplidos, nuestros amores y desilusiones.

Yo no soy muy afín a los números –mi fuerte son las palabras– pero eso no me aleja de esta verdad: podemos contar nuestra historia en cifras. Por eso me gustó tanto este meme que vi por ahí y decidí hacerlo.

Mi vida (hasta ahora) en números:

2 es...

• el número de veces que me he enamorado.
• el número de hijas que tengo.
• el número de idiomas que hablo con soltura.
• el número de casas en que he vivido.
• y, si sigo así, el número de cifras en la balanza en el  futuro próximo (¡yay!!).

Aparentemente el 2 es un número importante en mi vida. Fíjense:
• Tenía 24 años cuando me casé.
• A los 25 me recibí.
• A los 27 tuve mi primera hija, y a los 32 la segunda.
• Nací un 12 de octubre y el 12 es mi número favorito.
• Hace 20 años que soy profesora y 12 que soy bibliotecaria.
• Dicto 2 materias (inglés e informática).
40 es la edad que tenía cuando oficialmente terminé el duelo por mi divorcio.
• Tengo 420 amigos en Facebook (y no, no invité a nadie nuevo para que el número incluyera un dos), 212 seguidores en mi blog y 62 personas en mis círculos de Google+.
12 mil y pico (no recuerdo el 'pico') es el número de libros en mi biblioteca según el último inventario.
• Vivo a 2 kilómetros del mar.
2 es el número ideal de gatos en una casa (lástima los otros 4, pero ideal no siempre es real).
• Tengo 2 perros (el número ideal es 0).
• He vivido en 2 ciudades.
• Somos 2 hermanas.
• Hay 4 espejos en mi casa.
• Y solo 2 televisores.
• He estado en 2 países aparte del mío.
20200 es mi código postal.
• Llevo bajados 28 kilos desde abril.
• He trabajado en 4 liceos distintos, y en 2 de ellos aún lo hago.
200 es el promedio de mensajes de texto enviados y recibidos en mi teléfono cada mes.
• Tengo 2 terabytes de series y películas almacenadas en sendos discos duros. En cualquier momento me compro el tercero.
2 es la cantidad de canciones que me sé completas (la introducción y el cierre de ‘Candy Candy’... sin palabras).
• Tengo 45 años y 120 días, lo que significa que he estado consumiendo oxígeno en este planeta por aproximadamente 23.841.322 minutos.
• Pero si viviera en Mercurio sería una vieja de 188 años y 18 días, mi yo marciana tendría 24 años y 68 días, y si fuera joviana poco más de 3 años.
4 es el promedio de veces que tengo que pedir algo antes de que mis hijas me hagan caso, nunca menos de 2.
• Un sinfín de veces al día –seguro múltiplo de 2– agradezco estar viva. J

Muchos 2, ¿verdad? Mucha casualidad; aunque si buscara coincidencias con alguna otra cifra, seguro también las encontraría. ¡Hay tantos espejos en los que mirarnos! Sin embargo, estoy convencida de que, aunque nos podamos medir con ellos, somos mucho más que números; corresponde a cada uno de nosotros decidir cuánto más.

Y ustedes, ¿Cómo son sus vidas en números?




domingo, 2 de febrero de 2014

11

Porqué escribir mujeres fuertes

Hay una frase famosa de Simone de Beauvoir que dice: “No se nace mujer, se llega a serlo”. Lamentablemente, en estos tiempos que corren, podría haber añadido: “y luego Hollywood te convierte en una caricatura anoréxica, desesperada por casarse y loca por la moda al punto del histerismo” (esto no lo inventé yo, ya sé, pero es tan apropiado que lo pedí prestado). Es que últimamente, y cada vez más, la imagen de las mujeres en las ‘películas de chicas’ se ajusta a estereotipos ridículos y misóginos.

Kevin: ¿Qué demonios es eso?
Jane: Boda temática.
Kevin: ¿Y cuál era el tema?¿Humillación?’’

27 Bodas

Si no me creen, piensen en serio en el argumento de películas como “Guerra de Novias”, “Alocada obsesión”, “27 bodas” o “Loca por las compras”. En todas esas películas las protagonistas están desesperadas por conseguir un hombre, o asegurarse el que tienen, y casarse –o en el caso de la última, comprarse las últimas botas de Gucci– y parece que tuvieran muy poco más en materia de metas en su vida.

Por cada Andrea Sachs y Miranda Priestly (El diablo viste de Prada) o Elle Woods (Legalmente rubia), que prueban que se puede ser bonita, inteligente y tener metas que exceden ser la Susanita de Mafalda (aunque Elle inicialmente estuviera persiguiendo a su novio, ya sé), hay un sinnúmero de otras que continúan esos clichés tan desafortunados.

Y sí, yo también veo 'chick flicks', me río un rato y me siento bien conmigo misma: no soy tan histérica, puedo contenerme y no comprar toda una zapatería, de anoréxica no tengo nada (aunque un poquito me vendría bien), ¡y no me pienso volver a casar! Pero cuando termina la película, me suelo quedar con un mal sabor de boca. ¿Por qué no pueden representar mujeres que no sean tan bobas? Supongo que el problema es que la mayoría de las películas están escritas y dirigidas por hombres, y lamentablemente, así es como muchos de ellos nos ven, o al menos, como deciden representarnos.

Por eso me gusta tanto un video que ya había visto pero que Facebook me recordó hace unos días: el discurso de agradecimiento de Joss Whedon en ocasión del homenaje que le hicieron en la organización “Equality Now” (Igualdad Ya), en el evento “En el camino a la igualdad: honrando a los hombres en la línea de fuego” en el año 2006.

Ustedes dirán, ¿por qué saco a la luz un discurso de hace siete años? Y yo les respondo: porque es válido hoy, mañana y hasta que cambien las cosas.

Por si no lo conocen, Joss Whedon es el cerebro detrás de la serie de culto “Buffy the Vampire Slayer”, así como “Firefly”, “Dollhouse”, y más recientemente, la dirección de “Los Vengadores”. Todas sus creaciones –comenzando por Buffy Summers, mi favorita de todos los tiempos– retratan personajes femeninos complejos, inteligentes, luchadores, con errores y aciertos, y sobre todo, fuertes.

Como el video está en inglés y no lo conseguí subtitulado, les explico de qué va la cosa. En su discurso, Whedon se ubica a sí mismo en una conferencia de prensa imaginaria en la que debe responder la misma ‘pregunta tonta’ una y otra vez: “¿por qué escribe personajes femeninos fuertes?”.

Joss nos cuenta algunas de las respuestas que ha dado a lo largo de su carrera, desde las anodinas donde dice que se inspiró en su madre: ‘una mujer fuerte, inteligente y sexy’, o en su padre: ‘porque era un hombre que apreciaba la fuerza en las mujeres’, a otras un poco más profundas: ‘porque los personajes femeninos se permiten emociones y es más fácil identificarse con ellos’, o las cortitas y al pie: ‘porque las mujeres son sexys’.

Pero las frutillas de la torta son las últimas dos:

“¿Por qué me hace esa pregunta? Esta es la entrevista número 50 que hago... ¿cómo es posible que esa sea una pregunta válida? La verdad, en serio, ¿por qué se le ocurrió preguntar eso? ¿Por qué no está preguntándole a otros tipos por qué ‘no’ escriben personajes femeninos fuertes? Creo que lo que estoy haciendo no debería ni siquiera ser mencionado, mucho menos alabado como algunas personas lo hacen. Realmente, esa pregunta es estúpida y debería dejar de hacerla.”


¿Su respuesta final a por qué escribe mujeres fuertes? “Porque me siguen haciendo esa pregunta”.

Y tiene razón. Mientras sigamos asombrándonos por cada Buffy Summers, Kaylee Frye  o Winnifred Burkle que aparezca, seguirán haciendo esa pregunta. Nadie cuestiona las razones para crear un personaje masculino inteligente, fuerte y luchador, pero toda una generación de adolescentes mira a la sosa de Bella Swan como su ideal.

Yo quiero mujeres con los ovarios bien puestos, quiero más Ellens Ripley, Lauras Roslin y Janes Tennison, no me importa si persiguen aliens, cylones o criminales, el tema es su carácter. Quiero canallas à la Scarlett O’Hara o Rebecca de Winter, y niñas que se harán grandes mujeres como la Princesa Mérida. O simplemente féminas que luchen por su familia, como Fiona Gallagher y la mayoría de nosotras.

Porque ser fuerte es tomar las riendas de nuestro propio destino y no esperar a que otros lo hagan por nosotras. No tenemos que tener mala actitud, emborracharnos y matar monstruos. No tenemos que golpear traseros, hay muchas formas de ser heroínas. Podemos ser fuertes y llorar, cuidar a los niños, cocinar y que nos rompan el corazón; que nos guste la moda y maquillarnos. Fortaleza es que cuando hay que tomar una decisión, lo hagamos, y no esperemos que alguien más decida por nosotros, ser proactivas y no reactivas. Es enfrentarnos a las cosas que nos dan miedo y aprender de nuestros errores; pedir ayuda si la necesitamos y estar cuándo nos necesiten. Es ser mujeres de verdad. ¿Es mucho pedir que nos representen como somos?

Pero mientras tanto, me conformaría con que ¡nadie se preguntara por qué se crean personajes femeninos fuertes!!

¡Grrr ... Arrgh!









Les dejo el video de Joss porque vale la pena verlo, y debajo, la traducción de sus respuestas al español por si desean leerla. Dísfrutenlo.

...
Lo más valiente que he hecho es algo que se llama una rueda de prensa, que en realidad es bastante valiente, créame, porque ellos me hacen las mismas preguntas una y otra y otra vez. Y una y otra y otra vez.

He llegado a hacer 48 entrevistas en un día, y la verdad es que no vienen con material nuevo. Hay una pregunta que me han hecho casi cada vez que he sido entrevistado, así que pensé que esta noche me gustaría compartir con ustedes algunas de mis respuestas, porque cuando a uno le preguntan algo 500 veces, realmente comienza a pensar en la respuesta.

Así que ahora voy a ser un reportero. Va a ser increíble la transformación.

Entonces, Joss, yo, un periodista, quisiera saber, ¿por qué siempre escribes personajes femeninos fuertes?


Leer el resto del discurso...


    Creo que por mi madre. Ella realmente fue una mujer extraordinaria, inspirada, fuerte, fresca, sexy y divertida. Y esa es la clase de mujeres que siempre me ha rodeado. Así son mis amigas, y en especial mi esposa, que no sólo es más inteligente y fuerte que yo, sino que, de vez en cuando, es más alta también. Creo que todo se remonta a mi madre.

    Así que, ¿por qué escribes personajes femeninos fuertes?

    Debido a mi padre. Mi padre y mi padrastro tienen mucho que ver con ello, porque apreciaban el ingenio y resolución en las mujeres con que estaban, por encima de todas las cosas, y ellos estaban entre los pocos hombres que comprenden que reconocer el poder de otra persona no disminuye el suyo. Cuando creé a Buffy, yo quería crear un icono femenino, pero también quería ser muy cuidadoso al rodearla de hombres que no sólo no tuvieran ningún problema con la idea de una mujer líder, sino que, de hecho, estuvieran comprometidos y atraídos por ella. Eso viene de mi padre y padrastro, los hombres que crearon a este hombre, que creó a esos hombres."

    ¿Por qué siempre escribes personajes femeninos fuertes?

    Bueno, porque estas historias dan la fuerza a la gente, y esto se lo he escuchado a muchas personas, y lo he sentido yo mismo. Y no sólo a las mujeres, sino a los hombres también. Creo que hay algo especial acerca de una protagonista femenina que permite que un hombre se identifique con ella, que se abra a un aspecto de sí mismo que se siente incapaz de expresar, esperanzas y deseos con los podría sentirse incómodo si se identificara con una figura masculina. Es algo realmente va más allá del género, y creo que eso es lo que  realmente le llega a la gente.

    ¿Y por qué siempre escribes personajes femeninos fuertes?

    Porque son calientes.

    Pero, ¿personajes femeninos fuertes...?

    ¿Por qué me hace esa pregunta? Esta es la entrevista número 50 que hago... ¿cómo es posible que esa sea una pregunta válida? La verdad, en serio, ¿por qué se le ocurrió preguntar eso? ¿Por qué no está preguntándole a otros tipos por qué ‘no’ escriben personajes femeninos fuertes? Creo que lo que estoy haciendo no debería ni siquiera ser mencionado, mucho menos alabado como algunas personas lo hacen. Realmente, esa pregunta es estúpida y debería dejar de hacerla.

    Entonces... ¿por qué escribes personajes femeninos fuertes?

    Debido a que la igualdad no es un concepto. No es algo por lo que deberíamos estar luchando. Es una necesidad. La igualdad es como la gravedad. La necesitamos para pararnos en esta tierra como hombres y mujeres. Y la misoginia que se encuentra en todas las culturas no es una verdadera parte de la condición humana. Es la vida sin equilibrio, y ese desequilibrio está chupando algo del alma de cada hombre y mujer que se enfrenta a él.

    Necesitamos igualdad. Ya.

    Entonces... ¿por qué escribes personajes femeninos fuertes?

    Porque me siguen haciendo esa pregunta.



Espero que les haya gustado :)

jueves, 9 de enero de 2014

9

Quiero postre para el almuerzo

Quiero cuatro estaciones otra vez: otoños dorados y primaveras con cometas, estíos perezosos e inviernos de bufanda. Quiero lentes de sol sin filtro o sol sin agujero de ozono, o al menos un sombrero que no me arruine los rulos. Quiero duraznos que exploten al hincarles los dientes, que me corra el jugo por el cuello y me haga reír a carcajadas. Quiero postre para el almuerzo y chocolate sin calorías.

Quiero que la ropa siempre se me vea bien y que mi pelo parezca de peluquería todos los días. Quiero que mis zapatos favoritos nunca dejen de estar a la moda, y que esos tacos altos tan divinos no me cansen los pies.  Quiero un estilo pin up girl, con muchos lunares y labial carmesí, sin tener que comprarme ropa nueva. Y siempre oler a limón.

Quiero el lunar de  Marilyn Monroe, los ojos violetas como  Elizabeth Taylor y fumar con glamour à la Holly Golightly. Quiero ser flaca como Carrie Bradshaw, pero feliz como Hilda, la calendar girl gordita. Y quiero la Tiara de Margaritas de la Princesa Mette Marit de Noruega, pero sin tanto paparazzi.

Quiero una vida normal, pero excitante. Quiero pasión y deseo y alguien con quien disfrutarlo. Quiero mimos frente a la estufa y hacer el amor cuando llueve. Quiero ser optimista y confiada, y confiable. Y llorar menos; a no ser que esté viendo o leyendo algo triste, ahí quiero ser la proverbial Magdalena, sin ninguna culpa.

Quiero apoyar y alentar a la gente en sus cosas, y que ellos me aguanten a mí; pero que no me abracen demasiado, eso me molesta. Quiero que mis amigos me extrañen y me llamen, y no olvidarme de devolver las llamadas. Ni de sus cumpleaños. Y por favor, no quiero mensajes de texto para el mío.

Que no dé tanto trabajo ser menos haragana.’’


Quiero ser buena madre, mejor ejemplo, más activa. Que no me dé pereza jugar más, ir a la playa, andar en bicicleta o remontar cometas con mis hijas. Quiero dormir menos la siesta. Ah, pero quiero más siestas. Que no dé tanto trabajo ser menos haragana.

Quiero comprar sin pagar, ganar sin trabajar, adelgazar sin pasar hambre.

Quiero volar por sobre mis obligaciones, pero sentir la emoción de haber logrado las cosas. Quiero planes que no cambien, pero que sean flexibles. Y saber planificar, claro. Quiero hacer todo a full sin cansarme demasiado. Quiero pertenecer y encajar, y entender todas esas reglas tácitas y protocolos que suelen evadirme. Y que me inviten a todas las fiestas.

Quiero ese formidable, difícil de alcanzar, y mítico ‘suficiente’. No "más de lo que puedo manejar", pero suficiente. Mucho, pero no demasiado.


Y sí. Soy de libra.

viernes, 13 de diciembre de 2013

9

Pediculus humanus invictus

Por suerte mi hija menor abandonó su aspiración de ser la Rapunzel del cuento y se cortó el pelo, porque por undécima vez este año (por no decir vigésima segunda, o trigésima tercera, ya perdí la cuenta) me encontré hoy pasándole el peine fino, a la caza de esos persistentes ‘pediculus humanus’. Para más información: filo arthropoda, familia pediculidae y género pediculus, y para menos, sencillamente, ¡piojos!

Es increíble, no sé los litros de matapiojos que he consumido en  estos años de etapa escolar. Son bichos implacables, perseverantes, incontables, invulnerables, reencarnables, tenaces y cualquier otro sinónimo de algo que cueste matar que se les ocurra pensar, y que no se les ocurra, también. No me extrañaría que dijeran, como el poseído: “mi nombre es Legión, porque somos muchos.”

La cosa es que mientras le aplicaba remedio contra la pediculosis por undécima vez (o vigésima segunda, o trigésima tercera, vayasaber) nos preguntamos si sería considerado violencia doméstica matar piojos a martillazos.

A razón de eso empezamos a jugar con Alessa a inventar titulares pintorescos para el semanario local (no publiqué los más 'gore' por miedo a que me vetaran el blog):

"Madre agrede a su hija con peine fino en crisis de locura."

"Mujer procesada por reiterados delitos de pediculicidio."

"Escándalo en Piriápolis: madre echa a su hija de casa. Tenía piojos."

"Familia en estado crítico tras ataque de piojos vampiros."

"Menor lucha por su vida por sobredosis de pediculicida."


A la vida hay que tomársela con humor, aunque sea un poco negro... J

lunes, 9 de diciembre de 2013

4

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

A veces me he preguntado cómo sería la vida si uno pudiera borrar parte de sus recuerdos a voluntad. Algo doloroso, como una relación fallida, o algo muy placentero, como esa novela maravillosa que querríamos volver a descubrir. Evidentemente, el director Michel Gondry y el guionista Charlie Kaufman se hicieron la misma pregunta, y, siendo cineastas, terminaron sus elucubraciones con una película extraña pero fascinante: “Eternal sunshine of the spotless mind” ("Eterno resplandor de una mente sin recuerdos").

En esta película Clementine (Kate Winslet) borra todos sus recuerdos de Joel (Jim Carrey), su exnovio, porque siente que ya no puede con él y desea sacarlo de su corazón y de su vida definitivamente. Cuando éste descubre que Clementine no lo reconoce, decide borrar su memoria también, pero durante el proceso de limpieza se da cuenta de que no puede seguir adelante: ama demasiado a Clementine y no quiere dejarla ir. Sin embargo, ya es tarde, el proceso ya comenzó y no puede revertirse, y aunque él se resista, que lo hace, cuando despierte habrá olvidado a Clementine, como si nunca la hubiera conocido.

Ver esta película fue casi como experimentar un déjà vu, ¿quién no ha deseado olvidarse de alguna cosa particularmente desagradable o dolorosa? Cuando una relación acaba mal, desearíamos nunca haber conocido a esa persona para así no sufrir tanto. Déjà vu. Cuando me separé, lo único que deseaba era que dejara de doler, y tal vez si me hubieran ofrecido esa amnesia selectiva, hubiera dicho que sí. Menos mal que el proceso no existe, porque tomando un poco de distancia, seguramente me hubiera arrepentido como Joel. Otro déjà vu, en flash forward esta vez.

Los recuerdos, buenos o malos, felices o tristes, son nuestros, y ese pasado nos hizo lo que somos hoy. No creo que se puedan valorar los buenos momentos si no se viven los malos; no quiero ponerme cursi con eso de que no habría luz sin tinieblas, pero imagino que la cosa funciona más o menos así.

Por lo pronto, sin mi ex, no existirían mis niñas -probablemente habría otras, pero no éstas, y éstas son mis niñas. Además, ¿se imaginan qué lío si me despertara sin ningún recuerdo de su padre o cómo las concebí? ¿Tendría delirios de Virgen María? Resulta bastante inquietante, la verdad. Definitivamente, ver “Eternal sunshine of a spotless mind” puso las cosas en perspectiva y respondió algunas preguntas.

Por cierto, Joel y Clementine vuelven a conocerse al final de la película (o principio... ya sé, es complicado) y se enamoran otra vez. Déjenme decirles que esa parte no provocó ningún tipo de déjà vu, por suerte.




How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d.

Eloisa to Abelard
Alexander Pope



¡Cuán feliz es el destino de las inocentes vestales!
Olvidando el mundo, por el mundo olvidadas.
¡Eterno resplandor de la mente sin recuerdos!
Aceptada cada plegaria, y abandonado cada deseo.




(Pssstt! Esta entrada la publiqué originalmente en marzo del 2010, pero me pareció que se adecuaba perfectamente al momento que estoy pasando en mi vida, por eso la refloté. Pocos de los que me siguen leyendo hoy en día, lo hicieron en su momento, así que no creo que le moleste a nadie  J )

lunes, 2 de diciembre de 2013

8

Tempus fugit?

La mayoría de la gente siempre se está quejando de que no les alcanza las horas: mi hermana dice que hace mucho que no lee nada que no sea el Código Civil, mis compañeros están como locos con el fin de cursos, y el Amigo apoya la absurda teoría de que el tiempo está acelerado y los días ahora duran solo 16 horas.

Y sin embargo... yo, cero estrés.

Claro, ando cansada. Terminar el año siempre es una hazaña y este año ha sido doblemente desgastante, sobre todo emocionalmente.

Me divorcié después de diez años de separada, lo cual no es que me haga feliz, pero bueno, es una etapa terminada y un paso que tenía que dar. Con la ayuda de mis padres, le compramos su mitad de la casa a mi ex (aramos, dijo el mosquito ;) no saben la tranquilidad que es eso, saber que la casa es mía por fin. Pero para lograr ambas cosas hubo que hacer negociaciones incómodas, trámites y papeleos... nada agradables.  Además, me puse las pilas con el tema del sobrepeso y llevo bajados muchos kilos desde Semana Santa (sí, soy una ‘born-again-diet-girl’).

En mi caso, eso del 'tempus fugit' no se dio, ¡miren todo lo que hice en el año!!!

Además, me siento bárbara. Desde que me compré mi Kindle (creo que no les había comentado, ¡me compré un Kindle!) estoy leyendo como hace años no leía; también llevo mis series de televisión al día, disfruto ver a mis hijas pelearse como buenas hermanas, e invento recetas bajas calorías. Sin mencionar que de alguna manera hago 50 horas semanales en el liceo, los promedios salieron en tiempo y forma, las libretas estuvieron completas en fecha para su supervisión, y me queda solo una mesa de exámenes para decir que terminé las clases... ¡Eureka!!

Ah, y todavía me queda tiempo para divagar y aburrirlos por acá.

La cosa es que mis días no tienen ni 16 ni 24 horas, ¡sino como 30! O a lo mejor simplemente ando contenta, y como dijo Michael Ende en su novela ‘Momo’: “el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón.”

viernes, 8 de noviembre de 2013

8

Las comparaciones son odiosas, pero...

Mis dos gatas tuvieron cría a la vez, ergo, en este momento (y por no mucho más, espero) coexisten pacíficamente diez gatos y tres mujeres en mi casa. Esta situación no tan inusual me llevó a pensar un poco... ¿alguna vez se han preguntado por qué tantas mujeres solas tenemos gatos?

Bueno, yo creo que es como una práctica para tener un hombre en casa, si nunca lo tuvieron, o para no olvidarse de cómo se era la cosa, si ya lo experimentamos.

Sé que las comparaciones muchas veces son odiosas, pero... déjenme elaborar :)


Los gatos, al igual que los hombres, son distantes; quieren nuestro cariño, pero sólo cuando ellos quieren. De lo contrario, son más felices estando solos con sus juguetes, u otros gatos.

Los gatos, y los hombres, maúllan (reclaman) cuando no hacemos lo que desean, o cuando tienen hambre, o quieren salir de la casa. Como ellos, huyen asustados si empezamos a llorar y desaparecen a la primera señal de discusión.

Los gatos, como los hombres, nos despiertan en medio de la noche si quieren mimos; no les importa si estamos cansadas, hay que madrugar al otro día, o simplemente no tenemos ganas (y la mayor parte del tiempo se salen con la suya).

Pero lo más importante: los gatos, al igual que los hombres, son bichos que dan muchas satisfacciones (aunque también mucho menos trabajo).





EDICIÓN:
Nuevamente, disculpen mi ataque de misandria. Como le dije a Montevideano en los comentarios: siéntanse en libertad de enumerar en qué una gata se parece, o diferencia, de una mujer ;)


domingo, 3 de noviembre de 2013

7

Pronosticando gente

Se necesitaría un sistema de pronóstico del clima, pero para la gente.

Uno que se pudiera comprobar antes de encontrarse con alguien. Sería práctico saber si ese alguien va a estar cálido y soleado o frío y nuboso.

Es más, las advertencias de tormenta serían particularmente útiles. Así, nadie podría llegar de forma inesperada, como un tornado, destrozarla a una, e irse alegremente,  dejándola sola para limpiar la zona del desastre después.


Pero claro, no siempre es fácil predecir el clima: los chaparrones pueden sorprenderte en cualquier lado. A veces parece que te siguieran.



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