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viernes, 13 de diciembre de 2013

9

Pediculus humanus invictus

Por suerte mi hija menor abandonó su aspiración de ser la Rapunzel del cuento y se cortó el pelo, porque por undécima vez este año (por no decir vigésima segunda, o trigésima tercera, ya perdí la cuenta) me encontré hoy pasándole el peine fino, a la caza de esos persistentes ‘pediculus humanus’. Para más información: filo arthropoda, familia pediculidae y género pediculus, y para menos, sencillamente, ¡piojos!

Es increíble, no sé los litros de matapiojos que he consumido en  estos años de etapa escolar. Son bichos implacables, perseverantes, incontables, invulnerables, reencarnables, tenaces y cualquier otro sinónimo de algo que cueste matar que se les ocurra pensar, y que no se les ocurra, también. No me extrañaría que dijeran, como el poseído: “mi nombre es Legión, porque somos muchos.”

La cosa es que mientras le aplicaba remedio contra la pediculosis por undécima vez (o vigésima segunda, o trigésima tercera, vayasaber) nos preguntamos si sería considerado violencia doméstica matar piojos a martillazos.

A razón de eso empezamos a jugar con Alessa a inventar titulares pintorescos para el semanario local (no publiqué los más 'gore' por miedo a que me vetaran el blog):

"Madre agrede a su hija con peine fino en crisis de locura."

"Mujer procesada por reiterados delitos de pediculicidio."

"Escándalo en Piriápolis: madre echa a su hija de casa. Tenía piojos."

"Familia en estado crítico tras ataque de piojos vampiros."

"Menor lucha por su vida por sobredosis de pediculicida."


A la vida hay que tomársela con humor, aunque sea un poco negro... J

lunes, 9 de diciembre de 2013

4

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

A veces me he preguntado cómo sería la vida si uno pudiera borrar parte de sus recuerdos a voluntad. Algo doloroso, como una relación fallida, o algo muy placentero, como esa novela maravillosa que querríamos volver a descubrir. Evidentemente, el director Michel Gondry y el guionista Charlie Kaufman se hicieron la misma pregunta, y, siendo cineastas, terminaron sus elucubraciones con una película extraña pero fascinante: “Eternal sunshine of the spotless mind” ("Eterno resplandor de una mente sin recuerdos").

En esta película Clementine (Kate Winslet) borra todos sus recuerdos de Joel (Jim Carrey), su exnovio, porque siente que ya no puede con él y desea sacarlo de su corazón y de su vida definitivamente. Cuando éste descubre que Clementine no lo reconoce, decide borrar su memoria también, pero durante el proceso de limpieza se da cuenta de que no puede seguir adelante: ama demasiado a Clementine y no quiere dejarla ir. Sin embargo, ya es tarde, el proceso ya comenzó y no puede revertirse, y aunque él se resista, que lo hace, cuando despierte habrá olvidado a Clementine, como si nunca la hubiera conocido.

Ver esta película fue casi como experimentar un déjà vu, ¿quién no ha deseado olvidarse de alguna cosa particularmente desagradable o dolorosa? Cuando una relación acaba mal, desearíamos nunca haber conocido a esa persona para así no sufrir tanto. Déjà vu. Cuando me separé, lo único que deseaba era que dejara de doler, y tal vez si me hubieran ofrecido esa amnesia selectiva, hubiera dicho que sí. Menos mal que el proceso no existe, porque tomando un poco de distancia, seguramente me hubiera arrepentido como Joel. Otro déjà vu, en flash forward esta vez.

Los recuerdos, buenos o malos, felices o tristes, son nuestros, y ese pasado nos hizo lo que somos hoy. No creo que se puedan valorar los buenos momentos si no se viven los malos; no quiero ponerme cursi con eso de que no habría luz sin tinieblas, pero imagino que la cosa funciona más o menos así.

Por lo pronto, sin mi ex, no existirían mis niñas -probablemente habría otras, pero no éstas, y éstas son mis niñas. Además, ¿se imaginan qué lío si me despertara sin ningún recuerdo de su padre o cómo las concebí? ¿Tendría delirios de Virgen María? Resulta bastante inquietante, la verdad. Definitivamente, ver “Eternal sunshine of a spotless mind” puso las cosas en perspectiva y respondió algunas preguntas.

Por cierto, Joel y Clementine vuelven a conocerse al final de la película (o principio... ya sé, es complicado) y se enamoran otra vez. Déjenme decirles que esa parte no provocó ningún tipo de déjà vu, por suerte.




How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d.

Eloisa to Abelard
Alexander Pope



¡Cuán feliz es el destino de las inocentes vestales!
Olvidando el mundo, por el mundo olvidadas.
¡Eterno resplandor de la mente sin recuerdos!
Aceptada cada plegaria, y abandonado cada deseo.




(Pssstt! Esta entrada la publiqué originalmente en marzo del 2010, pero me pareció que se adecuaba perfectamente al momento que estoy pasando en mi vida, por eso la refloté. Pocos de los que me siguen leyendo hoy en día, lo hicieron en su momento, así que no creo que le moleste a nadie  J )

lunes, 2 de diciembre de 2013

8

Tempus fugit?

La mayoría de la gente siempre se está quejando de que no les alcanza las horas: mi hermana dice que hace mucho que no lee nada que no sea el Código Civil, mis compañeros están como locos con el fin de cursos, y el Amigo apoya la absurda teoría de que el tiempo está acelerado y los días ahora duran solo 16 horas.

Y sin embargo... yo, cero estrés.

Claro, ando cansada. Terminar el año siempre es una hazaña y este año ha sido doblemente desgastante, sobre todo emocionalmente.

Me divorcié después de diez años de separada, lo cual no es que me haga feliz, pero bueno, es una etapa terminada y un paso que tenía que dar. Con la ayuda de mis padres, le compramos su mitad de la casa a mi ex (aramos, dijo el mosquito ;) no saben la tranquilidad que es eso, saber que la casa es mía por fin. Pero para lograr ambas cosas hubo que hacer negociaciones incómodas, trámites y papeleos... nada agradables.  Además, me puse las pilas con el tema del sobrepeso y llevo bajados muchos kilos desde Semana Santa (sí, soy una ‘born-again-diet-girl’).

En mi caso, eso del 'tempus fugit' no se dio, ¡miren todo lo que hice en el año!!!

Además, me siento bárbara. Desde que me compré mi Kindle (creo que no les había comentado, ¡me compré un Kindle!) estoy leyendo como hace años no leía; también llevo mis series de televisión al día, disfruto ver a mis hijas pelearse como buenas hermanas, e invento recetas bajas calorías. Sin mencionar que de alguna manera hago 50 horas semanales en el liceo, los promedios salieron en tiempo y forma, las libretas estuvieron completas en fecha para su supervisión, y me queda solo una mesa de exámenes para decir que terminé las clases... ¡Eureka!!

Ah, y todavía me queda tiempo para divagar y aburrirlos por acá.

La cosa es que mis días no tienen ni 16 ni 24 horas, ¡sino como 30! O a lo mejor simplemente ando contenta, y como dijo Michael Ende en su novela ‘Momo’: “el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón.”

viernes, 8 de noviembre de 2013

8

Las comparaciones son odiosas, pero...

Mis dos gatas tuvieron cría a la vez, ergo, en este momento (y por no mucho más, espero) coexisten pacíficamente diez gatos y tres mujeres en mi casa. Esta situación no tan inusual me llevó a pensar un poco... ¿alguna vez se han preguntado por qué tantas mujeres solas tenemos gatos?

Bueno, yo creo que es como una práctica para tener un hombre en casa, si nunca lo tuvieron, o para no olvidarse de cómo se era la cosa, si ya lo experimentamos.

Sé que las comparaciones muchas veces son odiosas, pero... déjenme elaborar :)


Los gatos, al igual que los hombres, son distantes; quieren nuestro cariño, pero sólo cuando ellos quieren. De lo contrario, son más felices estando solos con sus juguetes, u otros gatos.

Los gatos, y los hombres, maúllan (reclaman) cuando no hacemos lo que desean, o cuando tienen hambre, o quieren salir de la casa. Como ellos, huyen asustados si empezamos a llorar y desaparecen a la primera señal de discusión.

Los gatos, como los hombres, nos despiertan en medio de la noche si quieren mimos; no les importa si estamos cansadas, hay que madrugar al otro día, o simplemente no tenemos ganas (y la mayor parte del tiempo se salen con la suya).

Pero lo más importante: los gatos, al igual que los hombres, son bichos que dan muchas satisfacciones (aunque también mucho menos trabajo).





EDICIÓN:
Nuevamente, disculpen mi ataque de misandria. Como le dije a Montevideano en los comentarios: siéntanse en libertad de enumerar en qué una gata se parece, o diferencia, de una mujer ;)


domingo, 3 de noviembre de 2013

7

Pronosticando gente

Se necesitaría un sistema de pronóstico del clima, pero para la gente.

Uno que se pudiera comprobar antes de encontrarse con alguien. Sería práctico saber si ese alguien va a estar cálido y soleado o frío y nuboso.

Es más, las advertencias de tormenta serían particularmente útiles. Así, nadie podría llegar de forma inesperada, como un tornado, destrozarla a una, e irse alegremente,  dejándola sola para limpiar la zona del desastre después.


Pero claro, no siempre es fácil predecir el clima: los chaparrones pueden sorprenderte en cualquier lado. A veces parece que te siguieran.



sábado, 5 de octubre de 2013

3

Feliz Día!

Hoy es el Día Mundial del Docente, y como somos varios los docentes en este medio, quiero homenajearnos compartiendo con ustedes un cuento del uruguayo Mario Benedetti que da para pensar.

Salvo excepciones




En la sala repleta circuló un aire helado cuando don Luciano, con todo el peso de su prestigio y de su insobornable capacidad de juicio, al promediar su conferencia tomó aliento para decir: “Como siempre, quiero ser franco con ustedes. En este país, y salvo excepciones, mi profesión está en manos de oportunistas, de frívolos, de ineptos, de venales”.
            
A la mañana siguiente, su secretaria le telefoneó a las ocho: “Don Luciano, lamento molestarlo tan temprano, pero acaban de avisarme que, frente a su casa, hay como quinientas personas esperándolo”. “¿Ah, sí?”, dijo el profesor, de buen ánimo. “¿Y qué quieren?”. “Según dicen, se proponen expresarle su saludo y su admiración”. “¿Pero quiénes son?”. “No lo sé con certeza, don Luciano. Ellos dicen que son las excepciones”.


Mario Benedetti

¡Feliz día a todos mis colegas!!

sábado, 28 de septiembre de 2013

3

Esa mujer tenía el diablo en el pelo

Ella era una mujer sana, sin vicios. No fumaba, tomaba socialmente, y cogía solo los sábados de noche. Por principio. Decía que le gustaba demasiado para arriesgarse a caer en excesos. Estaba convencida de que una vida ordenada, con la Santa Biblia de su agenda acompañándola, era el súmmum de la perfección. Nada debería ir mal si uno tenía un menú semanal pegado a la heladera con un imán perfectamente alineado con los que sostenían, entre otros, el almanaque en el que marcaba las fechas de su período en rojo, los cambios de aceite del auto en negro y el calendario lunar en celeste.

Sin embargo, dentro de su vida organizada y saludable, existía una contrariedad: su pelo. Esa mujer tenía el diablo en el pelo. Ella estaba convencida de eso, pero nadie le creía.

Era largo y muy rojo. Demasiado rojo. Nadie le creía que fuera natural tampoco, pero era. Era tan rojo que tenía reflejos morados a la sombra y brillaba como cobre batido al sol. Indisciplinado, enrulado y abundante, parecía tener vida propia. Es más, ella decía que estaba vivo. Obviamente, tampoco daban crédito a eso.

Ella vivía en lucha con su pelo. Lo aseguraba con broches, cintas y ondulines; lo trenzaba apretado, lo mantenía prisionero. Gastaba enormes cantidades de dinero en productos que prometían un mejor volumen, menos frizz, más control; y su colección de sombreros superaba a la del Sombrerero Loco por varios dígitos.

Todo en vano: ni cortarlo podía, aunque lo intentaba cada cuarto menguante. Por suerte, nunca faltaban peluqueras. Alguna lograría lo imposible, no se iba a dar por vencida; alguna lograría dominar al demonio.

Mientras tanto, evitaba los espejos y visitaba a su psicóloga dos veces por semana, e intentaba convencerse de que no estaba loca, solo ‘mentalmente divergente’. Pero ella sabía que era verdad: tenía el diablo en el pelo.

Lo probaba la serie de tumbas poco profundas que abonaban el rosal sevillano del jardín de atrás. Por suerte, nunca faltaban peluqueras.

lunes, 23 de septiembre de 2013

4

Jedis por Montevideo

Me acabo de reconciliar con el Facebook, porque gracias a él me enteré de que justito el día de hoy EA Games lanzó un nuevo tráiler promocional de su juego “Star Wars: The Old Republic”.

Quienes me conocen se extrañarán de esta entrada, porque bien saben que no me interesan los videogames, pero el tema no es comentar el juego, sino contarles que ¡el tráiler fue filmado en Montevideo!!


No me importa si todo el mundo se está sacando bandera porque el trailer haya sido filmado en Uruguay aunque  nunca en su vida hayan escuchado hablar del juego. Yo no seré gamer, pero sí soy starwasera, así que puedo... y eso de ver una batalla de lightsabers en plena Plaza Independencia me hizo lagrimear; les juro que sí.

Ojalá hubiera estado ahí.





Perdón si esto apareció dos veces... estoy haciendo una prueba :)

viernes, 13 de septiembre de 2013

3

Jedis en Montevideo

Me acabo de reconciliar con el Facebook, porque gracias a él me enteré de que justito el día de hoy EA Games lanzó un nuevo tráiler promocional de su juego “Star Wars: The Old Republic”.

Quienes me conocen se extrañarán de esta entrada, porque bien saben que no me interesan los videogames, pero el tema no es comentar el juego, sino contarles que ¡el tráiler fue filmado en Montevideo!!


No me importa si todo el mundo se está sacando bandera porque el trailer haya sido filmado en Uruguay aunque  nunca en su vida hayan escuchado hablar del juego. Yo no seré gamer, pero sí soy starwasera, así que puedo... y eso de ver una batalla de lightsabers en plena Plaza Independencia me hizo lagrimear; les juro que sí.

Ojalá hubiera estado ahí.




lunes, 2 de septiembre de 2013

6

A veces

A veces me parece que el mundo es solo para mí. Que no hay nadie más; que todo, todo, todo, es en mi beneficio. Hay momentos que, a medida que ocurren, sé que me pertenecen exclusivamente a mí.

Soy la única en darse cuenta de que el sol atraviesa la ventana a la altura justa del crochet de la cortina para reflejarse en brillante diseño sobre la pared de la estufa, o que el aire tiene una calidez tan perfecta que casi se puede tocar.

Nadie más registra la cadencia de la respiración de mi hija mayor al irse durmiendo tirada en el sofá, a mi lado, o el verde bosque de los ojos de la menor, con sus chispitas marrones y picardía al mirarme. Son solo mías.

Mi casa

El crepitar de las llamas, el aroma de mi café, la tranquilidad de la tarde: todo eso es solo mío.

A veces siento que la felicidad me rebasa, que se acumula en la habitación y se derrama por el umbral, escapando a los tumbos por los escalones y llegando al jardín.



Tal vez por eso mi jazmín siempre florece.

lunes, 19 de agosto de 2013

0

Mujeres por la ciudad

Hace un par de meses apareció en la esquina de la Avenida Piria y la calle Tucumán, en pleno centro de nuestra ciudad de Piriápolis, una figura femenina, esquemática, blanca y solitaria, sin explicación ninguna.

Mis hijas y yo estábamos muy intrigadas sobre qué significaba esa muñeca, allí parada, día tras día. Como aparecía frente a una cebra, la hipótesis de mi hija menor era que indicaba el paso peatonal, pero mi hija mayor precisó, con mucha lógica, que era una ‘nena’, así que la hipótesis no se verificaba. Tampoco parecía estar dando un mensaje, ni ofreciendo un servicio o producto; era una total incógnita.


Pues bien, la incógnita se develó un par de semanas después: esa ‘muñeca’ se llamaba Rebecca, y era parte de la campaña "Mujeres por la ciudad", que, además de en mi ciudad, también se implementó en otras localidades de Uruguay, así como en varias ciudades de Sudamérica como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Medellín, Bogotá, Lima, Santiago de Chile y Ciudad de México.

El tema es que todos en Piriápolis, y en todas esas otras ciudades de América, fuimos parte de un experimento urbano que expuso, simbólicamente, a estas mujeres a nuestras comunidades durante 15 días.

La cosa funcionó así, la campaña teníatres etapas:
En primer lugar, se colocaron de incógnita siluetas de mujeres perfectamente pintadas en diferentes puntos de las ciudades y se las dejó libradas a su propia suerte.

La segunda etapa consistió en que luego de un período de exposición de unos 15 días aproximadamente, las siluetas fueron intervenidas por un cartel que explicaba el motivo de la instalación: "¿Ahora lo ves? la violencia hacia las mujeres también está en la calle."

En tercer lugar, se convocó a un evento de recuperación al que se invitó a la ciudadanía, autoridades y a un grupo de artistas con la misión de devolverle “la integridad a cada mujer” limpiando y decorando las siluetas, para luego exponerlas en diferentes lugares de la ciudad.

Por suerte, Piriápolis fue bastante respetuoso con Rebecca: le pintaron botones y moña, una boca sonriente y, del lado de atrás, unas referencias deportivas que no entendí (soy de terror para eso). Sin embargo en la mayoría de las otras ciudades los resultados fueron desastrosos: les estamparon palabras o dibujos insultantes  -la mayoría de índole sexual, las agredieron, y a algunas hasta las tiraron al piso... No voy a repetir aquí los improperios, pero siempre quedaba muy claro que los insultos, dibujos o agresiones estaban dirigidos a una mujer.

La idea era evidenciar un problema que existe en nuestra sociedad - la violencia contra la mujer, y en este sentido, creo que la experiencia tuvo el resultado esperado. Está claro que nadie puede negar la inseguridad que existe para las mujeres en la mayoría de las ciudades del mundo: no es un tema nuevo, pero este tipo de acciones deja esa violencia en evidencia e invita a la gente a reflexionar, informarse y opinar sobre el tema.

Para mí, la reflexión ya es un éxito en sí misma. Chapeau a quienes cranearon esta experiencia y la pusieron en práctica, me pareció realmente muy buena.

Otra cosa que quería compartir con ustedes es que, aquí en Piriápolis, la tercera etapa de la campaña estuvo a cargo de nuestras alumnas de 6º año de Arte y Expresión, que dirigidas por mi compañera Beatriz, profesora de Arte y Comunicación Visual, trabajaron mucho para devolverle la belleza a Rebecca y dejar su mensaje bien claro. Chapeau para todas ellas también.









La campaña "Mujeres por la Ciudad" se realizó en el marco del Programa Regional "Ciudades sin violencia hacia las mujeres, ciudades seguras para tod@s" llevado adelante en ciudades de América Latina con el apoyo de ONU Mujeres y AECID. En Uruguay la llevó adelante Cotidiano Mujer.

jueves, 8 de agosto de 2013

10

Me gusta la lluvia

Me encanta cuando llueve, cuando llueve mucho. Me gusta despertar con el murmullo de la lluvia en la oscuridad, y que el sonido se confunda con la calidez de la cama que me envuelve. Me gusta esa oscuridad súbita que anuncia un temporal y nunca me dio miedo el retumbar del trueno. Disfruto empaparme en los chaparrones cálidos de verano y mirar el diluvio incansable a través de la ventana si hace demasiado frío; saboreo el olor de la lluvia: a pasto mojado, a tierra húmeda. Y cuando se va, el mundo parece más limpio, más nuevo, es como una segunda oportunidad.

Hoy amaneció lloviendo: se me fue la poesía al diablo cuando pisé la primera baldosa floja y me mojé hasta el tercer par de medias.

miércoles, 17 de julio de 2013

10

Vade retro, Satanás

Hace poco el Amigo dijo que ahora que casi, casi, estoy divorciada, ¡podría volverme a casar!! Creo que si fuera creyente hubiera hecho el signo de la cruz, aunque mi falta de fe no evitó que se me escapara un ‘vade retro, Satanás’. Está loco ese hombre, yo a eso no vuelvo más.

Pero a raíz de ese comentario, me puse a pensar un poco. ¿Conocen el término ‘adaptación hedónica’? Bueno, si no lo conocen, les explico: el ‘hedonismo’ es una disciplina filosófica que hace del placer en sí el fin de la actividad humana, y si bien eso es un exceso, todos buscamos nuestra cuota de placer, ¿verdad? El tema es que después de que lo conseguimos, nos acostumbramos rápidamente a él. Aldous Huxley dijo muy acertadamente: “El hábito convierte los placeres lujosos en necesidades cotidianas y aburridas.”

adaptación hedónica

¿Cuánto nos dura la alegría de un aumento de sueldo? Hasta que nuestro presupuesto se adapta a los pesitos de más y otra vez no nos alcanza para tal o cual cosa. ¿O un artefacto tan asombroso como la planchita para el pelo? Recuerdo mi maravilla cada vez que me miraba al espejo cuando recién la compré, ahora la tengo tan incorporada que pretendo que haga milagros, como convertir mis rulos negros en el flequillo de Raffaela Carrá.

Eso es la ‘adaptación hedónica’: adaptarnos tan fácilmente a los cambios positivos que pronto se convierten en aburrida normalidad, o en el caso de los negativos, que también pasa, en desilusionada normalidad, algo mucho peor.

No estoy diciendo con eso que mi soltería, ahora casi oficial, responda a una búsqueda de placer... estaba muy enamorada de mi marido y fue un duro golpe la separación, pero mentiría si dijera que no lo superé y me adapté a las ventajas de estar sola (ya era hora, después de casi diez años). Tanto que ya estoy tan acostumbrada -y sí, ya van diez años- que aquellas cositas que me parecían maravillosas al principio (exageradamente maravillosas, lo acepto, necesitaba conformarme), ahora me parecen de lo más normales y aburridas. Ufa.

Para eso va esta lista, ¡para volverme a maravillar!

£ Hago lo que quiero con mi plata, sin discusiones o reclamos. Es mi plata: yo la gano, yo la gasto. Sin dudas, un cambio liberador.
£ Se acabaron las discusiones y reclamos en general, por dinero o lo que sea.
£ ¡Tengo los fines de semana libres!! O al menos todos aquellos en que mis hijas se van a visitar a su padre, no es fácil tener licencia de mamá.
£ Disfruto una cama doble para mí solita, ni hablar de un ropero para dos personas ocupado únicamente por mis cosas.
£ ¡No hay más pantallas verdes en mi casa! Se terminaron los partidos de fútbol a toda hora o las carreras de Fórmula 1 los domingos a las seis de la mañana.
£ Puedo ver tranquila las maratones de ‘Buffy la Cazavampiros’ o algún otro de esos ‘placeres culpables’ que tengo, sin ningún tipo de tapujos o interrupciones.
£ Puedo llorar aún más tranquila cada vez que ‘Spike’ se sacrifica para salvar al mundo. De hecho, lo hago seguido, y no solo viendo a mi vampiro favorito, es que soy tremenda llorona.


También hay desventajas, lógicamente... ya no hay quién mate las arañas o arregle los enchufes, y extraño los choricitos en la estufa y los mimos mañaneros (o siesteros, o nocturnos, o... bueh, ustedes me entienden). La verdad, me cuesta pensar qué más extraño realmente: seguridad, comida y sexo; muy animalístico lo mío, ¿no?

adaptación hedónica

Pero bueno, adaptada o no, disfruto mi vida tal como es en la medida de lo posible: mis hijas y yo hacemos un buen equipo. O sea que el ‘vade retro, Satanás’ es muy válido, sin perjuicio de que vuelva a tener pareja estable en un futuro incierto.

Dijera una tía vieja y muy sabia: “pantalones en mi silla, pero no en mi ropero.”

Aunque claro, si llegara a aparecer alguien a quien le guste Buffy, no mire Fórmula 1, sepa prender la estufa y tenga buen pie para las arañas y buena mano para los mañaneros, entonces, quizás, consideraría darle un cajón de mi cómoda. Solo uno.

Por cierto, ¿les dije que me estoy divorciando?

lunes, 10 de junio de 2013

4

No son excusas...

No tengo muchas excusas para tan larga ausencia, pero puedo contarles una de las cosas que he estado haciendo, y es mantener los blogs de mi liceo y de mi biblioteca.

Ambos estaban totalmente abandonados por su creador, una profesora de informática allá por el 2008, así que el año pasado me puse las pilas y los refloté. Cambié el diseño, añadí páginas, información, vínculos y empecé a trabajar en coordinación con los profesores para intentar – al menos intentar– que los blogs se convirtieran en un espacio para todo el colectivo del liceo.

Es un trabajo de hormiga, porque no había tradición ni costumbre de usar este medio para comunicar o informar acerca de las cosas del liceo, pero de a poquito se están acostumbrando.

También ayuda que abrí un perfil de Facebook del Liceo y que hago eco allí de todo lo que publico en Blogger. Lamentablemente, muchos papás se enteran de más cosas por ahí que por ningún otro lado... (algunos ni siquiera vienen a recoger los carnés al final del año escolar, así que imaginen).

En fin, la verdad es que es un trabajo que me da mucha satisfacción, pero también me insume mucho tiempo. Como dije, no es excusa, pero un poco explica mi ausencia.

Si alguien quiere conocerlos, sobre todo mis amigas docentes que tal vez estén interesadas, los blogs son:

Liceo de Piriápolis

Biblioteca 'Juan Carlos Onetti' - Liceo de Piriápolis

miércoles, 5 de junio de 2013

10

Con eñe


Hace un tiempo mi querida laptop se me murió. La pobre hizo pip pip pip piiiiiiiiiiip, literalmente –u onomatopéyicamente, mejor dicho. Tal como un monitor cardíaco en sus últimos momentos de utilidad. Una tragedia.

Claro, un uso de casi ocho horas diarias por más de siete años agota a cualquiera. Como dijera Indiana Jones una vez que lo increparon acerca de su eventual cansancio: “No son los años, querida. Es el kilometraje.” No se le podía pedir mucho más a la pobre. Que en paz descanse.

Pero bueno, las máquinas son reemplazables, aun una que me había servido con tanta fidelidad y perseverancia, así que enseguida me aboqué a comprar otra. Busqué precios, marcas, prestaciones y me decidí. Armada con mi tarjeta de crédito y acompañada de mi hija, nos fuimos hasta una de las tantas tiendas de artículos informáticos de Montevideo.

El vendedor un divino, de esos de alma. El discurso se lo sabía todito y me explicaba cosas obvias que ya sabía, mientras me preguntaba a mí misma en qué momento me había puesto tan vieja que el muchacho creía necesario explicarme qué era un puerto USB.

“...cubierta de policarbonato resistente a los golpes, entrada para HDMI, conector de red, fichas de audio y micrófono, multilector de memorias, procesador Intel Core i3 de última generación, 4GB de RAM que puede ampliar a 8GB, disco duro de 500 GB, lecto/grabadora de CD y DVD, cámara web y micrófono incorporados, teclado internacional sin eñe con bloque numérico completo, bluetooth, Windows 8...

Como estaba empatizando con mi madre cada vez que le enseño a usar el control remoto de la canalera del cable, casi me perdí lo último que me dijo, así que tuve que rebobinar.

“¿No tiene eñe?” le pregunté, interrumpiéndolo.

“No. El teclado es internacional, no viene con eñe.” Me contestó como si tal cosa, y agarró impulso para seguir contándome las bondades de la máquina.

“Disculpá, pero entonces no me sirve.”

“Pero mirá que hay un atajo del teclado para ponerla,” se apresuró a decirme, viendo que se le esfumaba la venta, y ahí no se preocupó por saber si yo entendía eso de atajo de teclado o no. “Es rápido, no te complica para nada.”

“Sí, puede ser... ¿pero sabés qué? Yo escribo, soy escritora. No puedo tener una máquina que no tenga eñe. Va contra mis principios. ¿No tenés ninguna con teclado en español?”

Resultó que no, en toda la tienda –que era grande– no trabajaban ningún modelo de ninguna marca con teclados con eñe. Un desastre; me fui con las manos vacías.

Pero lo peor fue que cuando salimos mi hija me dijo: “serás careta, dijiste que eras escritora, ¡si ni en el blog escribís ya!”

Y aunque lo había dicho para taparle la boca al vendedor, porque de escritora tengo poco, bloguera sí soy, o era... ¡mi pobre blog está totalmente abandonado!

Me sentí tan culpable que aquí estoy, después de casi seis meses. Veremos si sigo.



Ahh, y con laptop nueva. Con eñe :)

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