La Biblioteca de Brooklyn reconoció hoy que ha retirado de sus estanterías el cómic ‘Tintín en el Congo’, un ejemplar de los populares tebeos del belga Hergé (1907 -1983), que ha sido tachado de racista y que era el único que quedaba de acceso libre en las bibliotecas públicas de Nueva York.
La institución neoyorquina confirmó hoy a Efe que el libro en cuestión, la última copia que se podía consultar libremente en las bibliotecas públicas de la ciudad, ya no se encuentra junto al resto de sus títulos, sino en un espacio especial al que se puede acceder sólo si se pide una cita previa.
La medida de la Biblioteca de Brooklyn imita a la que tomó en su día la de Nueva York, en Manhattan, donde también se debe avisar con antelación para conocer las aventuras de Tintín en el país africano.
Mbutu Mondondo Bienvenu, de 41 años, consideró ‘racista y xenófoba’ la actitud del joven reportero rubio de pantalones cortos en ‘Tintín en el Congo’ (1931) y pidió su prohibición en agosto de 2007, un mes después de que la Comisión británica para la Igualdad Racial pidiese, asimismo, que se impidiese la venta de ese álbum que, en su opinión resalta, ‘groseros estereotipos raciales’.
El actual relanzamiento de la acción se produce poco después de que la biblioteca municipal de Brooklyn (EEUU) haya trasladado a ‘Tintín en el Congo’ junto a otras obras ofensoras, como ‘Mein Kampf’, de Hitler, y ‘Trópico de Capricornio’, de Henry Miller, recordó ‘Le Figaro’, citando un comunicado de la sociedad Moulinsart.
Supongo que no soy la única que se crió leyendo las aventuras de Tintín, pero para quienes no lo conozcan, ‘Tintín’ era un reportero adolescente de origen belga que, junto a su perrito Milú, recorría el mundo viviendo diferentes aventuras. También lo acompañan otros personajes memorables, como el Capitán Haddock, el Profesor Tornasol y los detectives Hernández y Fernández
(¿alguien puede explicarme por qué, si son gemelos, tienen apellidos diferentes?). La historieta fue creada por el belga Georges Remi, más conocido como ‘Hergé’, quien escribió e ilustró la primera aventura en 1930 y continuó publicando hasta 1976. 'Tintín en el Congo' es el segundo título de la serie, publicado en principio en entregas en un diario belga y luego recopilado y coloreado en un álbum en 1946.
Yo era ávida lectora de Tintín; me recuerdo sentada en la cama de mi amigo Hernán, uno al lado del otro, cada uno con su revista, leyendo por horas – Tintín y Asterix, esas eran nuestras dos pasiones entonces, ¡qué ingenuidad! Los releí muchas veces, las últimas cuando empecé a trabajar acá en la biblioteca. Por eso apenas leí la noticia anterior, me vine directamente a ver si nosotros también teníamos un ejemplar del conflictivo comic entre la colección de historietas. Por suerte así era, acabo de terminar de releerla nuevamente; necesitaba refrescar mis recuerdos sobre la aventura en el país africano antes de seguir.
Y sí, sin dudas no es la mejor entrega de la serie, la historia es floja y no sorprende demasiado; y sí, el trato que da Hergé a los congoleses es infantil y estereotipado. Hay algunos pasajes donde los retrata como haraganes y simples, y los hace hablar de sí mismos en tercera persona y nombrarse ‘negritos’. También mata demasiados animales – incluidos un gorila y un rinoceronte al que hace explotar, dos especies en peligro de extinción hoy en día.
Claro, esta lectura la puedo hacer hoy, de adulta; verlo como un ejemplo del pensamiento de la época (en Bélgica, al menos), aun con sus actuales aberraciones. Porque bueno, ¡esta historia se escribió en 1930! El mundo no era el mismo entonces, y sin dudas, ser políticamente correcto era hacer y decir cosas distintas que ahora. Además, Hergé estaba recién empezando a ejercitar sus músculos de creador, Tintín evoluciona a través de los años – Tintín y el mismo Hergé, que empieza a investigar a fondo los lugares en los que ubicaría al periodista adolescente antes de escribir sobre ellos (algo que admitió no haber hecho con el Congo en una entrevista sobre el tema).
Ahora, dicho todo esto, y sin disculpar a Hergé por su poca previsión por susceptibilidades futuras (o ser blanco, católico y nacido en un país colonialista), en mi opinión el tema no es si ‘Tintín en el Congo’ es racista o no, sino la actitud de retirar del alcance del público general una obra por encontrarla ofensiva.
Este tipo de actitudes 'políticamente correctas' (políticamente correctas aggiornadas, obvio) me fastidian de sobremanera. Decir que no se censuró un libro solamente porque no lo quemaron en una hoguera en medio de la plaza, es totalmente irrisorio. El libro está censurado y listo, ¿conseguir una cita para leer una historieta? Absurdo.
John Wayne se inmortalizó matando indios y el padre de Tabaré quedó plasmado en la ‘epopeya nacional' como un charrúa borracho y violador, pero... ¿a alguien se le ocurrió llevarlos a tribunales alguna vez? ¿Prohibir los sábados de Westerns de TNT, o demandar a los descendientes de Zorrilla de San Martín? ¿Nadie vio Rambo acaso? El conteo de muertos en la segunda película es altísimo, y creo recordar que en su momento alguien se excusó diciendo: “pero eran vietnamitas”. Y ahí no hay disculpa que valga, Rambo II no se estrenó en los 30.
Existen millones de obras que agreden de una u otra manera a diferentes grupos, que atentan contra lo que algunos consideran buenas costumbres o tienen ilustraciones que pueden ofender ciertas sensibilidades, entre muchas de las cosas que pueden hacer ‘censurable’ un libro, una película o una canción. ¿Empezarán a encerrarlos a todos en una piecita oscura, a ver si languidecen y mueren? ¿Quién decide qué se puede leer y qué no?
La gente tiene derecho a leer – y escribir – lo que se le ocurra, solo así se puede empezar a ser libre, conociendo y eligiendo.
8 comentarios:
Estamos totalmente de acuerdo. Para mi eso es una censura de lo "políticamente correcto", y la verdad es que me parece que ciertas comunidades en Estados Unidos son un poco susceptibles de más.
Yo era más bien de Asterix (¿Asterix en Córcega será racista porque los corsos aparecen como haraganes de elecciones arregladas y de temperamento violento?), pero algo de Tintín he leído.
Pues exactamente lo mismo. ¿Qué es eso de "retirar" de circulación un volúmen? Y encima una historieta !) Vamos, hombre. Como dices, es lo mismo que la lista negra de la Inquisición. Los EE.UU. se jactan de libertad de expresión, pero luego son los que más censuran, ya sean libros, personas en los aeropuertos o imágenes de atentados en las televisiones del país !)
¿Pedir cita para leer un cómic? Me deja perplejo !)
Yo también leía Asterix y Tintín de pequeño. Cuando los he vuelto a reeler me he sentido reenamorado de los galos al descubrir nuevos sentidos a cosas que de niño me habían pasado desapercibidas. En cambio, con Tintín me ha ocurrido lo contrario: se me ha desmontando bastante el mito. Y eso que devoraba sus aventuras continuamente. Pero no me planteo destruir mi colección de álbumes con lomo de tela por eso !)
Perplejos Saludos !)
desde un blog de Cine realmente diferente.
Hay un detalle que se nos pasa por alto: se censura un volumen de una historieta, de origen Europeo, en una biblioteca norteamericana. Habría que verlo si Tintín hubiera sido de autor yankee, a ver si hubieran hecho igual...
Yo de pequeño también me empapé de las aventuras de este valiente reportero belga. Lo que pasa es que no leí las aventuras en el orden cronológico en que fueron publicadas. De hecho, Tintín en el Congo fue una de las últimas que leí, y no me gustó nada. Ya a mi corta, aunque no tanto, edad de 12 años ya me daba cuenta de la enorme crueldad humana y animal que se daba en la historia, y en el propio Tintín, en contraste con el Tintín de "El Loto Azul" o "Tintín en el Tíbet", que era mucho más persona.
Y si, yo también me lo he preguntado siempre: ¿por qué Hernández y Fernández tienen apellidos diferentes, si se supone que son hermanos? ¡Ja, ja, ja!
Tenés razón, es muy probable que si Hergé hubiera sido yankee la historia fuera diferente. De hecho, Edgar Rice Burroughs, autor norteamericano, no trata a los negros africanos con mucha más bondad que él... pero yo nunca escuché que censuraran 'Tarzán'.
¡Qué buena entrada y cuánta razón tienes en lo que dices! Me alegra haber publicado la mía (tan escueta ella), porque me ha permitido conocer la tuya.
Por cierto, Hernández y Fernández no son gemelos. Ni siquiera son hermanos. Y, aunque se parecen, en realidad no son exactamente iguales... Mírales el bigote ;-)
Ahhhhh, no son gemelos... un error que vengo arrastrando desde que era niña, jajaja, ¡gracias!! Me alegro que te gustara la entrada, se complementa bien con la tuya, ¿no? Parece que hubiéramos trabajado juntas ;)
Beso!!!
Ya hay sentencia.
Muchas gracias, posodo, ya mismo voy a leer el link.
¡Saludos!
Y vos, ¿qué opinás?