Qué vergüenza, casi un mes atrás dije que volvería pronto, y no lo hice. Eso casi se parece a mentir (cosa que hago seguido, pero no sin motivos). El tema es que esta vez no tengo motivos… ya terminé las clases, corregí todas las pruebas, hice promedios, cerré libretas (para los ajenos al gremio: instrumentos de tortura diseñados por no-docentes para que los sí-docentes registremos evaluaciones, planificaciones y desarrollos de los cursos), pero sobre todo, ya pasó el cumpleaños y... ¡nada! ¡Sigo en estado naranja!
No hay excusas, así que aquí estoy, trying to make amends...
El cumpleaños salió precioso. Lo único lamentable fue que mi suegra se indispuso justo esa tarde, y no pudo ir a la fiesta, pobre abuela, algo imposible de recuperar. Por suerte se puso bien a los pocos días.
Aparte de eso – que no es poca cosa, ya sé – todo anduvo a la perfección, como un mecanismo bien engrasado (y más valía, nos pasamos como seis meses engrasándolo para que así ocurriera). La quinceañera estaba hermosa, el servicio fue bueno y abundante, la música divertida, la banda cantó lindo, los invitados pasaron bien, y yo no lloré nadita (eso fue lo más meritorio). Pero sobre todo, Elisa estaba feliz, disfrutó su cumpleaños más que todos los demás juntos.
Saben, recién al leer los comentarios de mis amigos españoles me di cuenta de que la celebración de los quince años no se festejaba en España. Mi ignorancia en el tema me había hecho creer que era una celebración de origen español, como casi todas las que observamos que no son por motivos religiosos. Por supuesto eso picó mi curiosidad, así que investigué un poco y me sorprendí bastante.
Al parecer la celebración de los quince años en una mujer tiene varios orígenes, pero el consenso general parece ser que el origen primario fue una ceremonia proveniente de las culturas precolombinas mexicanas, que se mezcló luego con las tradiciones europeas de los conquistadores:
La “Quinceañera” es una gran celebración en la vida de una muchacha latina. Al cumplir quince años, la comunidad reconoce el pasaje de niña a mujer. La celebración se originó en la tradición azteca y tolteca en México.
En estas culturas, al llegar a la fecha de quince años, las jóvenes salían de la familia a la escuela “telpochcalli”, donde aprendían la historia y tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio. Luego, regresaban a la comunidad y se les celebraba la fiesta de quince años.
Con la conquista, los aztecas perdieron mucho de su cultura. Los españoles, que eran católicos, incluyeron en la tradición indígena la inserción de una misa. En el siglo XIX, el Emperador de México, Maximiliano, y su esposa Carlota, introdujeron el vals, los vestidos, y su importancia en la vida social a la Quinceañera.
Hoy en día la fiesta de quince se celebra prácticamente en toda Latinoamérica y en las comunidades latinas de Estados Unidos, y su contenido religioso varía dependiendo del lugar. Debo decirles que Uruguay es un país muy laico, por lo que la iglesia raramente aparece en esta celebración: generalmente no hay misas, ni bendiciones, ni siquiera una crucecita...
Pero sí tenemos el vestido blanco, el vals, el brindis y la ceremonia de las velas, y sobre todo, este ‘rito de pasaje’, totalmente simbólico, de niña a mujer.
Mi dios, ¡qué vieja estoy!
10 comentarios:
Parece que hace un siglo que te fuiste. Aquí no se celebra los 15 pero debe ser muy divertido.
Besos wapa
Se te ha echado de menos. Me alegro de ver que los pasásteis tan bien, sobre todo Elisa, que por cierto está preciosa.
Besos!
Radiante la niña-mujer!Felicitaciones mami!. Sos una piba.
Tengo una alumna argentina que este verano se fue allá a celebrar sus quince años, y fue ella la que me contó la importancia de su fiesta... Como bien dices, esto no se celebra aquí ni por asomo. A los quince los adolescentes están como a los trece y a los diecisiete: indolentes y fuera de onda, habitantes domóticos de sus propias casas, protegidos hasta la extenuación por sus papás y un sistema educativo débil que no crea mentes críticas. Como para celebrar... Prefieren acá los dieciocho, tal vez porque parece que al poder votar son mayores... y son muchas veces mentes dominadas...
En fin, guapa y divertida tu hija. Me alegro de que su fiesta fuera estupenda.
Besos gélidos desde el invierno, en plena ola polar.
A todos, es lindo que la extrañen a una, ya empecé a escribir otra vez, así que en cualquier momento empiezo a comentar otra vez también (estoy con una haraganería extrema, sorry).
Elisa estaba radiante, sobre todo porque estaba muy feliz, ¡muchas gracias por coincidir conmigo!!!
Bea, acá van algunos detalles de la fiesta:
Apenas la quinceañera entra -acompañada por su padre, o hermano mayor, o novio, o en el caso de Elisa, por su primo hermano- empieza el vals, y ella baila con todos los que se animan (o llegan) a sacarla -incluídas las niñas y la mamá, nueva moda.
Después es una fiesta normal. Mucha música, también hubo una banda que tocó rock viejo, y lo que nosotros llamamos 'cotillón' que es un rato de música muy divertida y que se acompaña con silbatos, maracas, pelucas, serpentinas, gorros, etc. (de ese momento de la fiesta es la foto).
En el momento de cortar la torta, la quinceañera sopla las quince velas y las reparte entre las personas que considera más cercanas o importantes en su vida (con un pequeño discursito cuando entrega cada una -que dicho sea de paso, se lo olvidó y tuvo que improvisar). Después un brindis y más baile.
El vestido suele ser blanco, y estilo princesa, aunque van cambiando las modas. El de Eli tenía hasta miriñaque para armarlo, estaba precioso.
Es un fiestón, y un gastadero de plata espantoso para solo unas horas de disfrute, pero bueno, es una vez en la vida y a casi todas las niñas les hace ilusión su cumpleaños. Si no hacen fiesta, lo tradicional es que se haga un viaje, en este caso, niñas y varones, el destino más común es Bariloche, una ciudad argentina en los Andes (yo viajé a Bariloche, no quise fiesta).
Uff, me quedó larga la respuesta, pero espero que te haya quedado más claro :D
Un besote!
Negrevernis, no creo que los adolescentes de quince uruguayos sean muy diferentes a los adolescentes de quince españoles, y el 'rito de pasaje' de la quinceañera no pasa de ser una forma tradicional de gastar mucha plata, porque sigue tan niña como antes de la fiesta.
Tratar a diario con adolescentes pone todo en perspectiva, ¿no? A pesar de su 'panfilez' a mí me encantan, y no haría otra cosa, a lo mejor logro que piensen un poco, al menos.
Un saludo grande, desde el calor que está empezando a agobiar por acá en el sur.
Hermosa Elisa. Me había quedado con la intriga sobre qué habría pasado con la fiesta, pero sobre todo con la intriga sobre qué nos escribirías al respecto. No sabía que era una tradición que llegó con los aztecas. Lo que sé es que en Estados Unidos celebran los "sweet sixteen", que supongo viene a ser lo mismo, pero un año después.
Por acá estamos derretidos. Cansados de tanto calor.
Saludos!
Al empezar a leerte ya venia a decir que el origen de la celebración es mexicano pero que ya se ha exportado e hibridado con costumbres de varios países.
De nuevo, gracias por compartir estos momentos tan íntimos con nosotros,
Un beso, amiga
Tani, es un ida y vuelta, muchas gracias por estar conmigo para poder compartir estos momentos con ustedes :)
El origen de la celebración era nuevo para mí, y desde que lo 'descubrí', se lo he comentado a mucha gente, ¡qué las cosas buenas hay que reconocerlas!!
Muchos besos :)
Y vos, ¿qué opinás?