A veces me he preguntado cómo sería la vida si uno pudiera borrar parte de sus recuerdos a voluntad. Algo doloroso, como una relación fallida, o algo muy placentero, como descubrir una novela favorita al leerla nuevamente sin recordarla. Evidentemente, el director Michel Gondry y el guionista Charlie Kaufman se hicieron la misma pregunta, y, siendo cineastas, terminaron sus elucubraciones con una película extraña pero fascinante: “Eternal sunshine of the spotless mind” (Eterno resplandor de la mente inmaculada).
En esta película Clementine (Kate Winslet) borra todos sus recuerdos de Joel (Jim Carrey), su exnovio, porque siente que ya no puede con él y desea sacarlo de su corazón y de su vida definitivamente. Cuando éste descubre que Clementine no lo reconoce, decide borrar su memoria también, pero durante el proceso de limpieza se da cuenta de que no puede seguir adelante: ama demasiado a Clementine y no quiere dejarla ir. Sin embargo, ya es tarde, el proceso ya comenzó y no puede revertirse, y aunque él se resista, que lo hace, cuando despierte habrá olvidado a Clementine, como si nunca la hubiera conocido.
Ver esta película fue casi como experimentar un déjà vu, ¿quién no ha deseado olvidarse de alguna cosa particularmente desagradable o dolorosa? Cuando una relación acaba mal, desearíamos nunca haber conocido a esa persona para así no sufrir tanto. Déjà vu. Cuando me separé, lo único que deseaba era que dejara de doler, y tal vez si me hubieran ofrecido esa amnesia selectiva, hubiera dicho que sí. Menos mal que el proceso no existe, porque tomando un poco de distancia, seguramente me hubiera arrepentido como Joel. Otro déjà vu, en flash forward esta vez.
Los recuerdos, buenos o malos, felices o tristes, son nuestros, y ese pasado nos hizo lo que somos hoy. No creo que se puedan valorar los buenos momentos si no se viven los malos; no quiero ponerme cursi con eso de que no habría luz sin tinieblas, pero imagino que la cosa funciona más o menos así.
Por lo pronto, sin mi ex, no existirían mis niñas -probablemente habría otras, pero no éstas, ¿se imaginan qué lío si me despertara sin ningún recuerdo de su padre o cómo las concebí? ¿Tendría delirios de Virgen María? Resulta bastante inquietante, la verdad. Definitivamente, ver “Eternal sunshine of a spotless mind” puso las cosas en perspectiva y respondió algunas preguntas.
Por cierto, Joel y Clementine vuelven a conocerse al final de la película (o principio... ya sé, es complicado) y se enamoran otra vez. Déjenme decirles que esa parte no provocó ningún tipo de déjà vu, por suerte.
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d.
Eloisa to Abelard
Alexander Pope
¡Cuán feliz es el destino de las inocentes vestales!
Olvidando el mundo, por el mundo olvidadas.
¡Eterno resplandor de la mente inmaculada!
Aceptada cada plegaria, y abandonado cada deseo.
7 comentarios:
La vi hace tiempo, ya casi ni me acordaba yo, jajajajajajajaja. No está mal, me gustó bastante.
Gracias por recordar estas películas. Besos. Vanessa
Cinematografía, con C de Catarsis... cuando algo nos causa dolor lo rechazamos y buscamos la curación... pero nunca nos curamos con lo mismo que nos causó el daño.
El dolor siempre es un aviso que tenemos que atender darle tratamiento adecuado y convalescencia.
Con el amor es más largo y dificil pero en todos los casos hay que dejarlo ir. Es lo más saludable.
Vive un día a la vez, sin pasado ni futuro pero con experiencia y propósito, eso creo.
PTB
Gracias por la exposición. La desconozo, pero con tu comentario tomo nota de ella. Feliz fin de semana. Saludos cordiales
Esta película nos enseña bastante del dolor y los recuerdos, sobretodo lo inútil que es tratar de escaparse de ellos. Hace pensar, que es mucho.
Muchos saludos a los tres, y gracias por comentar.
Pues la verdad es que no suelo frecuentar mucho el géenro romántico en las pelis, y esta no la conocía, la verdad. Interesante la reflexión que haces, porque a mí también me trae alguna asociación de ideas. No quiero perder mis recuerdos, porque si no podría caer en lo mismo otra vez... uff, eso no! coincido contigo, los recuerdos son valiosos, tanto los buenos como los malos. ;D
Un abrazo!
Pues yo no sé qué haría. Lo cierto es que la tentación sería bastante grande. Saludos.
Eso es muy cierto, Paco, cuando duele uno siempre atina a tratar de que desaparezca, ¿no? El tema vendría después.
Sonix, ésta es una película romántica muy atípica, estoy segura de que te gustaría a pesar de que no seas muy afecta al género.
Saludos a ambos y gracias por visitarme y comentar!
Y vos, ¿qué opinás?