Anoche me reconcilié totalmente con la Navidad. Por favor no me digan incoherente, porque seguramente cuando les explique por qué me van a entender (aunque siguen sin gustarme los villancicos, las decoraciones y los especiales navideños).
Elisa festejó fin de año invitando amigas a un pijama party tecnológico (tecnológico porque gran parte de la noche se la pasaron cada una con su netbook chateando con amigos, ¡e incluso entre ellas! Increíble.) Por este motivo, Alessandra fue totalmente exiliada del dormitorio de su hermana y tuvo que venir al mío en busca de calor humano.
A mí me encantan esos momentos en la cama con mis hijas, debe haber algo en la oscuridad, la posición y el calorcito compartido que las remonta a espacios uterinos y les afloja la lengua, porque es donde he disfrutado de las mejores conversaciones con ellas. Impagables algunas.
Así es que, después de quejarse amargamente de las injusticias de la vida –como que ella tenga 9 años, su hermana y sus amigas 15, y que por lo tanto no le permitan compartir espacios – Alessa me salió con el siguiente diálogo:
“Me siento observada. Siempre me están observando.”
“Claro que siempre te están observando, mamá y papá te observan, porque te cuidan, así sabemos dónde estás y cómo.”
“No, no,” protestó. “No por ustedes; me siento observada por Papá Noel. Siempre está mirando si me porto bien o mal; me siento observada.”
Conteniéndome para no reírme, puesto que el tono de voz y el asunto eran muy serios, le respondí que sí, que eso era lo que tenía Papá Noel, pero que bueno, también le dejaba regalos, así que valía la pena. Con eso tuvo que estar de acuerdo, pero después siguió:
“Es que también me observan los reyes magos, y esos son tres. Hay un montón de gente mirando. Decime, mamá, ¿hay alguien más que me observe?”
Yo pensé un poquito y le dije: “está el Ratón Pérez, ese te observa para saber cuándo perdés los dientes y poder dejarte plata.”
Ella asintió en la oscuridad y se quedó callada unos segundos. “Para mí que el Ratón Pérez es un ratón de laboratorio. De esos de los experimentos, por eso habla.”
“Ah sí, es probable,” le contesté, y no se imaginan el trabajo que me dio que esa respuesta sonara lo suficientemente seria. Evidentemente mi hija ve demasiada televisión, y yo también, porque ya me estaba imaginando un Ratón Pérez blanco y cabezón, algo así como una versión uruguaya de Pinky y Cerebro.
“El Ratón Pérez, Papá Noel, los Reyes Magos...” enumeró ella, y le veía la silueta de sus deditos mientras contaba. “Son cinco... ¡Cuántos seres mágicos hay en el mundo! ¿Verdad, mamá?”
¿Cómo no voy a amar la Navidad –o su magia, al menos– después de eso? ¡Que siga habiendo 'seres mágicos' por un buen rato!
viernes, 31 de diciembre de 2010
11
El Ratón Pérez es un ratón de laboratorio
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11 comentarios:
¡Qué bueno! ¡Qué, qué, qué bueno! Yo no soy anti-Navidad, pero, desde luego, sólo por una conversación como ésta merece ser pro todo: pro Navidad, Papá Noel, Reyes Magos y, por supuesto, pro Ratoncito Pérez, jajajaja.
Qué niña más rica tienes. Felicidades.
Ah, y feliz Año Nuevo.
Bueno, mi hija hace unos días me preguntaba por Papá Noel -que ya está con fuerza por España, me temo...- y ella misma se explicó que a su casa no iba porque venían los Reyes Magos en enero :-) Me alegro del rato mágico con tu hija... y me ha gustado la fiesta pijamera de la otra (por lo menos, la tenías en casa, que parece que da más tranquilidad, ¿no?)
Un saludo y buen año. En unas horas en España comeremos las doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año.
Impagable conversación entre madre e hija! Momento inolvidable, seguramente.Me encanta ver cómo algunos niños reflexionan, y lo hacen con mucha seriedad.Feliz Año Nuevo Ana Laura, me encantó haberte conocido en este espacio cibernético!
"Seres mágicos", qué graciosa tu hija, seguro que esos momentos son de los mejores que pasas con ellas... y bueno, como no tengo hijos leer esto ha sido muy parecido a escucharla hablar y reflexionar sobre algo que le preocupa. Me ha gustado mucho, y bueno, ojalá haya seres mágicos para rato...
Feliz año, por cierto. ;D
Qué bonita conversación- Lo cierto es que esos momentos de charla en la oscuridad de la habitación son muy chulos y se les (nos) suelta la lengua.
Feliz Año!!!
Como se suele decir, entre quienes dicen la verdad están los niños.
Y además, son de los que si no lo entienden, preguntan: el famoso ¿por qué...?
En cuanto se crece, la gente ya se cree todo lo que le dicen, incluso que los Reyes Magos no existen. Si es que...
Muy bonito, y que dure.
(Por otro lado, ycomo dice Negrevernis, al menos están en casa)
Feliz Año Nuevo, y un saludo.
S.Cid, ¡ha sido como una epifanía! Ahora soy pro todo, como bien decís. Mi hija es divina, me la hubiera comido a besos esa noche. Muchas gracias :)
Negrevernis, acá siempre fueron Papá Noel y los Reyes, con igual fuerza, los niños reciben regalos por partida doble (así que no creo que ninguno de los dos pierda posiciones).
Y con respecto a la otra, sí, yo siempre trato de que traiga a sus amigas aquí, o en su defecto, que se quede en algunas casas de amigas que conozco bien como funcionan. Me da mucha tranquilidad.
Elizabeth, hay conversaciones impagables, una lástima a veces una no se acuerda de todas. Me gustaría grabarlas para la posteridad.
Saludos a las tres!!
Bea, la seriedad con la que se trató todo el tema fue magistral, ¡pero no sabes cómo me costo!! Ale siempre trata de ordenarse y buscarle coherencia a las cosas, es muy reflexiva.
Sonix, adoro esos momentos con ellas, como cuando la grande me cuenta cosas de sus amigas y sus 'pretendientes'. No hay mejor lugar que la cama para eso. Y por otro lado... ¡qué haya seres mágicos para rato, sí!
Alcorze, ¿a vos también se te suelta la lengua en la cama? Tené cuidado o tu mujer te descubrirá todos los secretos :D
Posodo, bienvenido al blog, para empezar, y tienes razón, los niños siempre dicen la verdad, lástima se pierde eso de adultos, ¿no?
Muchos besos
Ahora les digo a todos:¡Muy Feliz Año!!!, medio atrasado porque me demoré en contestar comentarios, pero... Espero que hayan pasado muy bien, y me siento feliz de que me hayan acompañado todo este tiempo. Es un placer haberlos conocido a todos. :)
jaaaaaaaaaaaaaa! bienvenidos esos momentos con los hijos... que lindos!
a mi tambien me gusta cuando mis hijos vienen a mi cama... y todavia lo hacen...crecen, pero siguen buscando mimos. No es genial???
Beso
Ana, espero que nunca dejen de venir a mi cama a conversar, que los tuyos todavía lo hagan me da esperanzas. Mi nena ya descubrió que sus 'seres mágicos' no existen (es que ya va a cumplir 11 años, como que era tiempo), pero los momentos con ella en la oscuridad, siguen siendo mágicos. A veces logro que su hermana mayor -que ya tiene 16- se una a la conversación, y ahí desearía poder encapsular el tiempo y guardarlo para tiempos de sequía futura.
No sé como hiciste para llegar a mi blog desde mis comentarios en wordpress, pero me alegro mucho que lo hayas logrado :)
Un saludo grande, es lindo leerte por acá.
Y vos, ¿qué opinás?