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domingo, 31 de octubre de 2010

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Happy Halloween!

Tenía toda la intención de escribir un cuento de terror para este día. Todita. Pero mi haraganería pudo más que yo, y no escribí nada... (aún, todavía me quedan algunas horas de Día de Brujas para inspirarme...)

De cualquier manera, como no quería dejarlo pasar, re-publico un cuento viejo, con la esperanza de algunos de ustedes no lo hayan leído (es probable que no, en esa época tenía pocos lectores)... los que sí, ignórenme y sepan disculpar.





Sueños húmedos


La mano le acarició la espalda, bajo el camisón. Ella protestó y la aparto de sí. Caprichosa, la mano se acercó nuevamente, esta vez alrededor de su nuca, acariciante, seductora, apartando su cabello largo. La otra se unió a las caricias, recorriendo su espalda, descendiendo en círculos hasta su cintura. Ella se estremeció y sonrió, pero mantuvo los ojos cerrados y disfrutó del in crescendo de sensaciones. Luego las sintió subir su camisón, salvando piernas, torso y brazos, apenas rozándola los dedos a su paso, hasta forcejear con su cabeza y arrojarlo a un lado. Escuchó el ruido sordo de la prenda al caer junto a la cama.

Ella continuó inmóvil, fingiendo dormir.

Sin barreras ya, la boca se unió a las zalamerías esmeradas de las manos, depositando pequeños besos en su espalda desnuda y caliente. Tuvo que morderse los labios para contener una respuesta, sus propias manos contraídas sobre las sábanas arrugadas, mientras las otras continuaban concentradas en la piel de su espalda, de la nuca a la cintura, en silencio, con suavidad. Cuando trató de girar para responder, incapaz de contenerse más, las manos se endurecieron y la mantuvieron boca abajo, con firmeza. Ella suspiró y se abandonó al juego otra vez.

“Amor,” susurró, “yo...”

La boca se acercó para callarla con un beso. Ella mordió, hambrienta, pero la otra se retiró antes de que pudiera retenerla. Frustrada, volvió a intentar girar, solo para que la detuvieran una vez más. Ella gimió en anticipación.

Finalmente, sintió el cuerpo tenderse sobre ella, y simplemente quedarse así, quieto. Ella recibió con gusto ese peso tan familiar, disfrutándolo por algunos segundos, antes de estirarse hacia atrás, intentando ceñirlo. Las manos la detuvieron, tomaron las suyas y las volvieron a la cama, seguras y fuertes. Lo sintió tomar impulso, antes de hacerlos rodar a ambos con un movimiento rápido hasta invertir sus posiciones. Ahora estaba debajo de ella, pero aún de espaldas. Ella rió, y abandonando ya toda farsa de sometimiento, se desligó de sus manos y volteó para enfrentarlo.

Estaba muy oscuro, solo el reflejo pálido de la luna en el espejo de la pared iluminaba débilmente la habitación, sin embargo, era suficiente para ver a su amante, suficiente para ver sus ojos queridos reluciendo ambarinos en una cara familiar, pero extrañamente deformada.

“Hola querida,” dijo él, y empezó a reír.

Ella gritó.

Sus propios gritos la despertaron. Acurrucada, escudándose en las sábanas apretadas contra su pecho, miró a su alrededor, ubicándose en el aquí y ahora. Inspiró profundamente, buscando calmarse, mientras se repetía que solo había sido un sueño, un sueño sumamente vívido, pero un sueño al fin.

Con una mano temblorosa, acarició el espacio vacío donde él había dormido hasta hacía tan poco, y sus ojos se abrieron aterrados cuando notaron que su brazo largo y delgado resaltaba moreno en su desnudez contra la palidez de las sábanas. Frenética, miró a su alrededor, hasta encontrar el bulto arrugado de su camisón en el piso, al lado de la cama. Volvió a gritar, y esta vez no se detuvo.

Del otro lado de la ciudad, el vampiro perdió la conexión con su presa, pero siguió riendo.

12 comentarios:

Karlita la + Bonita

Uy, vampiros... me gusta! Confieso que al la primera leída no me pude concentrar porque ando medio distraida, tuve que volver a leerlo.. XD De cualquier forma Feliz Halloween!!

Sonix

Me encanta el cuento del vampiro-íncubo! A ver si publicas más cuentos, porque se te da muy bien.
Feliz Halloween, espero que no tengas muchas pesadillas. ;D

CreatiBea

Sí, se te dan muy bien. Esa mezcla de erotismo y miedo me gusta.

Besos guapa.

Ana Laura

¡Muchas gracias!! Me encanta que les haya gustado. Me encantan los vampiros y me gusta escribir cuentos, pero estoy muy, muy, muy poco inspirada últimamente. Hace siglos que no escribo uno. A lo mejor me esfuerzo y algo me sale... veremos. :)

¡Un beso grande a las tres!!

Muertevideano

Un saludo, no lo leí porque me puede dar miedito

Una catarsis:
http://losmuertevideanos.blogspot.com/2010/11/la-tortuga-dartagnan-era-ninja.html

Abi

¡Vampiros! ¡Qué miedo! ¡Y este en particular además perverso ehh! Muy lindo el cuento ¡Queremos más! ¡Qué llegue la inspiración bajando al galope por el Pan de Azúcar!

alcorze

Buen relato, me ha gustado y eso que a mí los vampiros me dan algo de yuyu.

ana

Me encantó el cuento! Happy Halloween atrasado! Yo no me disfracé este año... quizá el que viene...

Ana Laura

Muertevideano, me imagino que sos muy impresionable, sí. ¡Mirá si soñás!

Abi, ¡gracias! Y me alegro mucho de leerte por acá, bienvenida, a lo mejor algún día ando por Vicente López y conozco el barrio. Por ahora me quedo en el Pan de Azúcar, a ver si me manda ondas de inspiración... ahora cuando terminen las clases, tal vez. :)

Alcorze, tal vez se me ocurra un relato de zombies para ti. Esos sí te gustan, ¿no? Me alegro que te gustara.

Ana, gracias! Yo tampoco me disfracé, pero disfracé a mi hija menor de niña zombie... bien como para Alcorze. Estaba terroríficamente preciosa.

¡Saludos a todos!

S. Cid

¡Vampiros! Mira que me dan miedo.

No imaginé que se trataba de uno hasta que lo dijiste. Pensaba más en un marido que sufre algún tipo de cambio monstruoso por la noche...

Me gustó. Afortunadamente, a estas horas por aquí es de día y, te lo digo con sinceridad, Ana, espero haber olvidado tu cuento para cuando llegue la noche... ;-)

Ana Laura

Ya pasó la noche, ahora contame, ¿soñaste? Me quedé preocupada por eso ;)
Sueños aparte, me alegro que te haya gustado el cuento.

Saludos!!!

S. Cid

¡No, no soñé! :-)))))

Pero tampoco pude dormir... Creo que fue por culpa de la ristra de ajos que me colgué en torno al cuello. Por la mañana, tenía tortícolis y permanecí gran parte del día con la pituitaria anestesiada...

Jejejeje ;-)

Y vos, ¿qué opinás?

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