Dicen que las personas de libra no somos equilibradas, aunque el símbolo de nuestro signo zodiacal sea la báscula; que estamos siempre ‘buscando’ el equilibrio. Yo lo he constatado en varios aspectos de mi vida – sobre todo cada vez que me subo a una balanza... estoy segura de que es kármico eso: ¡balanzas!!! ¡Me persiguen!! Algo debo haber hecho en una vida anterior para merecerlo; me consuelo pensando que seguro me acosté con un cura rubio y de ojos azules y un metro ochenta y... Perdón, me voy del tema, volvamos al equilibrio.
Equilibrio. Según el Buscón de la Real Academia, equilibrio es el ‘estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente.’ Suena bien, ¿no? Parece hasta inteligente. Pero claro, los Académicos deben ser gente inteligente. Yo tengo una tía Académica. También era Ramera (en eso no demostró ser inteligente, o sí, yo que sé. Está en España ahora, codeándose con Fernández de Alba y Pérez-Reverté.) Ufa, ando por las ramas otra vez. Es una mala costumbre que tengo, aunque la Tere dice que soy graciosa. No sé. Para mí que se aburre en las salas de Chat, nomás.
Volvamos al equilibrio, y van...
OK. La definición del Buscón. Estoy de acuerdo con que suena inteligente, pero está MAL, no es correcta, es un desastre universal, tan infame como mi chifladura con las balanzas. Ahora seguro ustedes se preguntarán cómo me atrevo a desafiar una definición de la RAE. Es simple. Lo hago porque conozco del delicado equilibrio entre el ‘uff’ y el ‘ufa’, y me niego a pensar que son !‘fuerzas encontradas que se compensan destruyéndose mutuamente’!
Cuando era chica me gustaba buscar parónimos, era una costumbre que tenía. Pasé de la papa y el Papa – ejemplo de escuela - hasta polvo y polvo... pero claro, ahí ya era más grandecita. Ahora me siguen gustando, y si uff y ufa no son parónimos, es por muy poquito, ¿no? ¿Total? ¿Qué le hace una letra más o menos?
Uff y Ufa.
Increíble. Sacamos una F, ponemos una A, y cambia completamente la palabra, su significado y la forma en que te levantás en la mañana.
Porque la diferencia entre uff y ufa es la sonrisa matinal, ¿vieron? Y el babeo – dijera la Tere. La Tere la tiene muy clara, y puede ser muy clara cuando quiere. Demasiado. Por las dudas hay que tratar de mantenerse fuera de su línea de tiro, o conseguir escudo... un chivo expiatorio de preferencia. La tiene tan clara que hasta tiene un smiley para esas mañanas (la Otra, la innombrable, también tiene un smiley propio, pero eso es otra historia). La Tere me manda su smiley uff cuando está fanfarrona. Yo de puro amor propio no se lo uso, ¡tengo que encontrar uno solo para mí que exprese la inmensa dicha, la infinita satisfacción, de estar muy bien cogida!
¡Porque eso es andar uff! Andar uff es levantarse flojita y contenta, sabiendo de la obligación cumplida, o mejor dicho, de la obligación que le hicimos cumplir. Es levantarse flotando, o, dijera Fernando Schmidt, con borrachera de amor. Pero el amor no es requisito indispensable. Digamos que con borrachera de sexo, que es la mejor, si me preguntan – no te da dolor de cabeza y es buenísima para el hígado. Bah, para el hígado, para la piel, para el pelo, para los dientes, para las uñas, para... todo!
Eso es el uff. Vayamos ahora al ufa. ¿Qué es el ufa? Por oposición, ufa debería ser lo contrario a uff, pero en realidad no funciona de esa manera. El ufa es más universal, y por lo mismo, mucho más light y más frecuente y lo ameritan los más diversos motivos. Por ejemplo, yo largo un ufa por pavadas como irme por las ramas, pero lo mando también por tragedias como cuando mi amorcito – léase proveedor de los más diversos y satisfactorios uffs – me dice que no puede verme hoy. Dos problemas tremendamente diferentes y diametralmente importantes.
Obviamente, los ufas aumentan cuando empiezo a sentir el síndrome de abstinencia de uffs, lo que me hace pensar ¡cuán acertados están los tipos cuando te dicen mal atendida solo porque andas de mal humor! ¡La puta madre, cómo odio darles la razón!
¿Quedó claro el tema de los uffs y ufas? Bien, volvamos al equilibrio - y esta vez sí las conté. Van tres.
Imaginen que ponemos el uff en un plato de la balanza y el ufa en el otro. Sin duda que parte de la definición de la Real Academia se aplicaría: las fuerzas encontradas se encontrarían en un cuerpo… ¿El mío? Mmmm, mejor no pienso en cuerpos o seguro me vuelvo a extraviar. Empecemos otra vez; las fuerzas encontradas se encontrarían en la famosa balanza – una de esas bonitas, como la de la Sra. Justicia. Del lado izquierdo pongo el uff. Me gusta más a la izquierda, será porque es siniestra, y del lado derecho el ufa. El ufa siempre es más abierto, más sincero; por eso va a la diestra. No tiene nada que ocultar, a menos que oculte falta de uffs, claro.
Estem, creo que me perdí… ¿por dónde iba? Ah, sí. Fuerzas encontradas. Platillos de Balanza. Uff y Ufa. Sí. Sigamos. Si la vida de una es más o menos normal, lo natural es que esos platillos estén más o menos balanceados. Una muy, muy buena noche contra el ómnibus que se pierde por quedarte dormida, el taco que se rompe por correr al ómnibus y la media que se corre por sacarse el zapato... Un mañanero largo y perezoso contra el jefe que indudablemente no tuvo tu suerte con la rubia boba, lo llamó la ex-esposa para pedirle plata y tiene un humor de perros… y así seguimos.
Se entiende, ¿no? Por cada excelente, inolvidable, desestresante uff, hay un sinnúmero de ufas. Eso mantiene el equilibrio natural de las cosas. Nadie puede vivir en una nube de uffs, sería contraproducente, casi como vivir en una nube de pedos.
Equilibrio. Bendito equilibrio.
Ahora dirán, ¿qué problema hay con la definición? Bueno, en realidad la parte de la definición que yo cuestiono es la final. ¿Cómo es posible que las fuerzas encontradas se compensen destruyéndose mutuamente? ¿Quiere decir eso que hay un duelo a muerte entre uffs y ufas? ¿Que voy a tener que privarme de los uffs para poder vivir sin ufas? Ahí es dónde la definición está mal. TIENE que estar mal. ¡Porque no tengo la más mínima intención de permitir que mis ufas terminen destruyendo mis uffs!
Equilibrio. Maldito equilibrio. Rompámoslo.
Por eso hoy le puse demasiada azúcar al café de mi jefe, le escondí los sellos y le cambié los números pre-discados del teléfono de su escritorio – la rotisería por su mamá. También configuré la hoja de Word para tamaño Carta en vez de Continuo Alemán Standard y archivé la cuenta de la zapatería por la P de pie en vez de la Z. Suficiente para provocar un sinfín de ufas… y romper el equilibrio.
Total. Dicen que las personas de libra no somos equilibradas, sino que vivimos buscando el equilibrio. Sinceramente, estoy ansiosa. Ansiosa y no poco expectante. No puedo dejar de imaginar los esfuerzos que va a tener que hacer el Amigo para intentar equilibrar mi balanza después de tanto ufa. ¿Y ustedes?
sábado, 24 de noviembre de 2007
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Equilibrio
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2 comentarios:
Muy buen texto, podrías haberlo llamado suspiros y gemidos jejeje
Jajaja, muchas gracias, Macarronazo, es un buen título alternativo :)
Saludos!
Y vos, ¿qué opinás?