viernes, 13 de enero de 2012

Helada

Amanecía. Casi se podía intuir el calor del sol contra las cortinas y distinguir los laberintos del cielorraso trabajado. La luz gris del alba apenas iluminaba la quietud del momento, hasta que un leve movimiento bajo las sábanas rompió el encanto. Unos labios tibios presionaron contra el costado de su cuerpo, subiendo despacio, acompañados en la caricia por manos aún más calientes que hicieron estremecer su piel fría, muy fría.

Ella se concentró en la blancura borrosa del techo.

Ignoraría la situación tanto como pudiera. No entendía muy bien cómo había llegado hasta ahí; la secuencia de eventos que la habían traído a esa cama se perdía en algún momento de la noche pasada. No tenía idea de por qué había actuado así, y no sabía si quería saber. Pensó en otra cama, en quien dormía en ella, confiado y ajeno, y nuevamente se estremeció de frío.

La mano le abarcó un pecho, y ella – instintivamente - se arqueó para llenarla. “Por esto,” se dijo. “Era inevitable.” Despacio, insegura, bajó la mirada hasta la mata de cabello oscuro que se apoyaba contra ella, sin sorprenderse demasiado por la corriente de deseo que le hormigueó bajo la piel. Su amante la miró, le sonrió y volvió a concentrarse en sus caricias. Tenía las manos muy calientes.

Lo apartó de sí. “Esto no está bien.”

Él se detuvo por un segundo tan corto, la mano congelada en medio de su juego, que ella razonó que solamente había imaginado la pausa.

“No me importa,” le contestó, encogiéndose de hombros.

Luego cambió de posición, se estiró a su lado y la acercó a su pecho. Ella se resistió por un momento, pero se relajó contra él ante el abrazo paciente.

“Nunca había hecho algo así antes…”

“¿Estás arrepentida?” Su aliento cálido le cosquilleó en el rostro y ella luchó contra el espasmo súbito y violento - ¿de frío? - que provocó. El hombre sonrió ante esa reacción involuntaria. “¿No podés simplemente disfrutarlo?”

Con un destello malicioso en sus ojos claros, deslizó un dedo inquieto y abrasante por su piel helada, trazando su camino de un pezón al otro, y luego hacia abajo, hasta finalmente perderse bajo las sábanas.

A ella se le escapó un resignado suspiro de placer.

Envalentonado por su respuesta, su boca buscó la de ella, y la mujer celebró haberse decidido a dar ese último paso, por las razones que fueran. Intuitivamente reconociendo su victoria, él profundizó el beso. Jugó con sus labios, recorriéndolos, la invadió y se dejó invadir, a la vez provocador y cautivo. Luego se alejó, dejándole la boca vacía, los ojos oscuros de pasión y la piel otra vez fría.

“¿No te alcanza con esto? ¿No es suficiente razón?”

El silencio se hizo espeso, difícil de respirar, mientras él esperaba su respuesta. Parecía tan masculino y fuerte, y sin embargo, no demasiado escondida bajo el deseo que mostraban sus ojos, había vulnerabilidad pura en su expectativa.

La mujer se dio por vencida. Asintiendo, se acercó y se arrellanó contra su forma caliente y segura. Sintió un nuevo estremecimiento, pero estaba bien... ya no tenía frío.

Eso era lo que la asustaba más.

18 comentarios:

  1. Muy interesante y romántico Ana... me apasionan los cuentos, es mi género literario favorito. Cariños a la distancia. TARAPOTO PERÚ!

    ResponderEliminar
  2. Bello relato que te deja una sensación extraña. Es como si no distinguieras claramente, tras su lectura, el frío del calor.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Me encantó. Simplemente está hermoso. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Ana Laura, tienes un blog precioso y tu prosa es una delicia. Tienes una seguidora más :)

    ResponderEliminar
  5. Oh, bonito, bonito... Un abrazo (helado, porque el invierno de enero aquí ha entrado con fuerza).

    ResponderEliminar
  6. No se me dejó una extraña sensación.
    cariños

    ResponderEliminar
  7. Extraño.... hermoso.... hot.....muy bien escrito

    ResponderEliminar
  8. Helada estoy yo, porque hace un frío que pela, pero afortunadamente no estoy helada como tu personaje..., en esa lucha continua con su conciencia. Bueno el cuento y bien contado. Buenísimo el trasfondo. Felicidades, como siempre.

    ResponderEliminar
  9. Es imposible no sentirse identificada con el relato. Al fin y al cabo todos hemos sentido alguna vez la vulnerabilidad que genera esa coraza de hielo al empezar a derretirse.

    Quizás el galán de esta historia tenga razón y deberíamos centrarnos más a menudo en disfrutar.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Todos llevamos una coraza, o casi todos...deshacerla o permitir que se deshaga no está exento de peligros, pero tambien es posible que de buenas y nuevas emociones.
    A veces nos protegemos demasiado.

    besitos mediterráneos.

    ResponderEliminar
  11. Bonita Historia me quede helada!!

    ResponderEliminar
  12. El juego del placer es tan extraño, realmente se quiere dejar llevar por el a tal punto de pasar frio?.
    Muy buena entrada, a proposito, la disfrute mucho.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  13. Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

    ResponderEliminar
  14. Muchas gracias, Nuria, me alegro mucho que te gustara el relato. Mi género favorito también es el del cuento corto.


    Finicolasgafas, esa era la idea, justo quería generar esa confusión ;)


    Akasha, gracias. Me encanta que te haya gustado.


    Saludos a los tres y gracias por comentar :)

    ResponderEliminar
  15. Laura, bienvenida a mi blog, y muchas gracias por tus palabras. Es un gusto contar con tu compañía.


    Fiaris, es que es un relato controvertido, ¿verdad? No me extraña.


    Atonau, gracias, y también te digo bienvenido al blog. Me alegro que te haya gustado.


    Abrazos!!!

    ResponderEliminar
  16. Cid, qué bueno leerte por aquí de nuevo. Se te extrañaba. Me alegro que te haya gustado, siempre valoro mucho tu opinión :)

    Perséfone, es verdad, y todos alguna vez hemos cedido a la tentación de algo que sabemos no es del todo correcto. Pero a veces hay que centrarse más en disfrutar, tal como dices. Gracias por el comentario.

    Gala, esperemos que para ella permitirse sentir otra vez no le resulte demasiado peligroso :D Sin dudas nos protegemos demasiado a veces, pero es el instinto de supervivencia que nos lleva, sobre todo si ya hemos tenido algún tropiezo.


    Carmen, gracias! me alegro que te haya gustado :)


    ¡Saludos a todas y buen comienzo de año !!

    ResponderEliminar
  17. Javier, lo bueno es que se le está pasando el frío, justamente, jaja. Me alegro que la hayas disfrutado, un placer leerte.


    David, bienvenido y muchas gracias por tus palabras. Espero verte de nuevo por aquí, y muy buen 2012 para ti también.


    Saludos!

    ResponderEliminar
  18. Precioso, tienes un don para escribir, cuídalo :)

    ResponderEliminar