Como he dicho alguna vez por este medio, mi hija mayor es complicada; tiene la mala costumbre de somatizar sus problemas en estados de salud más o menos delicados. Nunca es nada demasiado grave, ni demasiado peligroso, pero sí constante. Como esa tortura china de la gota en la cabeza, ¿vieron?
Hasta que, como buena bomba de relojería, al final explota, y la lleva a disfrutar de la hospitalidad hospitalaria, valga la redundancia, por más de una semana, incluidos dos días en cuidados intensivos.
Ahora ya está en casa otra vez, disfrutando de su salud de nuevo, porque Elisa se mejoró casi en un 100%, sin mucha explicación de qué era lo que tenía, ni qué es lo que la está curando.
No sabemos si es que dejó un tratamiento que podía estar causándole efectos secundarios, si es que la nueva medicación que está tomando le está haciendo bien, o si simplemente se llevó un susto de muerte y decidió mejorar solita. O las tres.
Como sea, ella está bien. [#suspiro]
El tema ahora soy yo. Será que todavía estoy muy cansada, o a lo mejor estoy tratando de abarcar demasiadas cosas a la vez, y -a pesar del apoyo incondicional de mi familia y amigos [#vivanlasredesdeseguridad]- a veces siento que me estiro demasiado, como cuando tratás de untar poca manteca en una tostada muy grande.
Una no elige los golpes que le da la vida, pero sí como responder a ellos. Mis hijas son mi prioridad, pero si no me cuido a mí misma, poco puedo cuidarlas a ellas. Siento que necesito un cambio, pero no sé bien qué, ni cómo; aunque tener la certeza de que tengo que hacer algo ya es un principio, ¿no?
Despacito y por las piedras. Hasta en este asunto de los cambios, la práctica hace al maestro.
Fundamental ser sincera contigo misma y reconocer que necesitas atenderte,y es indispensable que estés bien. Mi vida cambió cuando me di el mejor regalo que podía brindarme: mi vida, el vivir, el saber Dar. Eso y mas, lo aprendí en mis entrenamientos de vida, los cuales se dan en todo el mundo.
ResponderEliminar4!
Me alegra ver que lo peor ha pasado, y te deseo lo mejor tanto para tí como para los tuyos. El cariño y el darse a los demás empieza en uno mismo, y si no cuidamos nuestro cuerpo y nuestra alma difícilmente podremos ayudar a los demás. ¡Un gran abrazo!
ResponderEliminarMe alegro de que vaya mejor. Ahora, como dices, con paciencia. Un besote!!!
ResponderEliminarMe alegro de que la nena ya esté bien. Pero sí, tienes que pensar en ti, cuidarte, tomarte un tiempo para ti, porque si no la que enfermará serás tú y eso sólo lo empeoraría todo. ¿No?
ResponderEliminarUn besazo
Menudo susto! Me alegro de leer que todo se ha solucionado, y seguramente siga así. Mis mejores deseos para ti y tu familia!
ResponderEliminarAhora, que en lo otro que has dicho tienes toda la razón. Cuando uno se da a sí mismo el toque de atención no se puede intentar ignorar. El cuerpo y la mente tienen sus maneras de avisarle a uno de que ha llegado el momento de hacer algo. El definir ese algo ya es una decisión consciente. No dudo que darás con la mejor opción.
Un beso!
Me alegra la mejoría y a ¡cuidarse!! abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por sus palabras. Significa mucho para mí que después de ausentarme tanto tiempo, cuando vuelvo siempre tengo sus oídos(ojos) infaltables. Es bueno sentirse rodeada, sobre todo por aquí.
ResponderEliminarEmpiezo mis vacaciones y con ellas mi tiempo para mí, comencé a hacer terapia porque me parecía que me superaban las cosas y siento que me está haciendo bien; falta todavía, pero la vida se va encaminando. Siempre lo hace :D
Otra vez, muchas gracias por estar. Un beso enorme a todos.
Me alegra saber que todo va bien.
ResponderEliminarAunque parezca egoísta, a veces uno tiene que pensar en sí mismo para no desfallecer.
Besos-
Muchas gracias, Álvaro! Un gusto verte por aquí :)
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